Grabó su propia violación y logró con ello que condenaran a su agresor

Noticias Cuatro 15/09/2017 06:30

Su nombre es Lillian Constantine, tiene 19 años y en Reino Unido fue el centro de todas las noticias. Su caso conmocionó a los rotativos nacionales y concretamente a los vecinos de Ramsgate, Kent, donde se contextualizó el suceso que lo convirtió en mediático: la adolescente se encontraba de camino a casa cuando Ashraf Miah, un inmigrante de 34 años, originario de Bangladés, la atacó y abusó sexualmente de ella.

Lo hizo en 2016, en una calle donde la luz había sido apagada por orden del Ayuntamiento para ahorrar dinero. Por eso, Lillian estaba usando su teléfono para encender la luz, y por ello, tuvo tiempo de presionar el botón de grabar cuando su agresor se abalanzó sobre ella.

“Estaba gritando todo el tiempo. Te estoy grabando. Te estoy grabando. No te vas a librar de esto”, le dijo, pensando que se echaría atrás después de la advertencia. Pero a Ashraf no le importó.

Así, Lillian Constantine se convirtió, tal como apunta Daily Mail, en la primera persona en la historia de Reino Unido en grabar su propia violación. Y gracias al vídeo, de una duración de 2 minutos y 47 segundos, el agresor fue arrestado, sometido a juicio y condenado a 13 años y medio de prisión.

Sin embargo, dictada sentencia, la lucha de Lillian continúa todavía, tal como ella ha querido contar a través de su canal de Youtube, donde ha relatado sus sensaciones y todo el calvario posterior a su agresión sexual con el fin de concienciar y ayudar a otras víctimas.

“LA PARTE QUE NO TE CUENTAN SOBRE UNA VIOLACIÓN SEXUAL”

En el clip, de algo más de seis minutos y medio de duración, detalla algunos de los factores con los que tuvo que lidiar, dando continuación a algunas de las manifestaciones que ya ha realizado en diversas entrevistas, donde se hace eco del proceso inmediatamente posterior a la denuncia y los difíciles y exhaustivos exámenes médicos a los que tuvo que someterse.

Así, inicia el vídeo haciendo mención a la repercusión mediática que tuvo su caso y la presión a la que se vio sometida por parte de la prensa.

Una vez denuncias, advierte, “has de estar preparada para la repercusión que puede tener el caso”.

“Yo renuncié a mi anonimato”, afirma, cuestionando sobre esto a quienes vayan a denunciar: “¿Eres lo suficientemente dura? ¿Podrás sobrellevar los comentarios que harán los ‘idiotas’ del universo que dirán malas cosas sobre ti y lo que sucedió?”.

Así, cuenta que una vez se hizo público su caso las cosas fueron un poco “caóticas”, con numerosos periodistas solicitándole entrevistas para contar su historia.

COMENTARIOS OBSCENOS EN INTERNET

Además, detalla, ella misma puso su nombre en el buscador para ver qué entradas había sobre su persona en Internet, y llegó a encontrar mensajes en foros donde titulaban su caso de forma obscena, mostrando su cara y al lado la del atacante. “Pude reírme de ello, pero puedo imaginar que mucha gente en mi caso lo vería y querría pasar el resto del día llorando en la cama”.

En este sentido, señala que en muchos casos, lo que condenaban los usuarios en la Red y en las calles, “en lugar de la falta de humanidad del agresor, era su etnia”, lo cual, señala, considerándose “una persona muy liberal y anti-racista”, fue duro de asimilar, por el odio originado en torno a su historia, si bien era consciente de que no era su culpa. “Tienes que ser fuerte y hacer tu parte para combatirlo”, reitera.

SU RENUNCIA AL ANONIMATO, “UN CAMINO PARA VOLVER A INTEGRARSE”

Reconociendo que de ser una persona “con mucha energía y muy extrovertida” pasó a “aislarse” en los instantes inmediatamente posteriores a la violación, sostiene que para ella, renunciar al anonimato terminó por ser un camino para “integrarse nuevamente en el mundo”, “hablar con la gente” y contar su experiencia. “Para mí, personalmente, hablar sobre ello me hizo sentir mucho más cómoda y me ayudó con mi recuperación”, afirma.

No obstante, señala, a la hora de preservar o no el anonimato, todo depende del caso. Desde su punto de vista, cuenta, la repercusión del suyo fue tan grande debido a que ella misma grabó a su violador durante el abuso, “y fue la primera vez en la historia de Reino Unido en que eso sucedía”.

LA PRESIÓN MEDIÁTICA

No obstante, afirma, tuvo “altibajos”, y a veces la atención mediática en torno a ella no la permitía hacer tareas cotidianas como concentrarse en sus estudios, porque tenía mucha “presión para contestar emails y atender reuniones con diversas personas”.

Por ello, en su propósito de concienciar y ayudar a dar luz a algunas de las cosas que no se cuentan al respecto de los factores implicados en la denuncia de una violación y el hecho concreto de hacer público el caso, “tienes que estar dispuesta a renunciar a tu tiempo y tu espacio, porque encontrarán el modo de contactar contigo”.

QUÉ SUCEDE CUANDO EL JUEZ DICTA SENTENCIA

Por otro lado, otro aspecto que Lillian destaca en su vídeo es qué sucede cuando el caso está cerrado; cuando el agresor va a juicio y el juez dicta sentencia.

“No rompí a llorar. No estaba llorando de felicidad. Estaba allí sentada, respiré, moví la cabeza y pensé: ‘sí, estoy muy alegre de que ha terminado, pero no había fuegos artificiales. Nunca puedes predecir cómo te vas a sentir cuando algo así sucede”.

LOS MIEDOS IRRACIONALES Y EL ESTRÉS POSTRAUMÁTICO

Finalmente, para dar cierre al clip publicado en su canal, pone de relieve los “miedos irracionales asociados al hecho de haber sido violada”, aunque haya pasado tiempo desde el suceso.

“Todavía me asusto cuando el timbre de la puerta suena, porque pienso que va a ser uno de los miembros de la familia del agresor en busca de venganza; para echar ácido en mi cara”.

Así mismo, añade, sentía miedo también durante sus clases de lenguaje, cuando el profesor seleccionaba a un alumno para leer un poema, pues temía que le tocase a ella y en los textos hubiese alguna referencia a un abuso sexual. “La gente sabía lo que ocurrió y no quería vivir esa tensión”, señala, al tiempo en que relata que le sucedía algo similar en el cine, ante la posibilidad de que las películas tuviesen escenas de violaciones.

EDUCAR A LA GENTE SOBRE EL ANTES Y EL DESPUÉS DE UNA VIOLACIÓN

Por todo ello, por el calvario sufrido y los obstáculos a los que se ha tenido que enfrentar, Lillian finaliza: “Quise hacer este vídeo porque debería hacerse más para educar a la gente sobre lo que pasa antes y después de sufrir una agresión sexual”.