Victoria Carambat, actriz, cantante y ejemplo de superación como modelo de talla XL

Noticias Cuatro 21/08/2015 18:26

Decidida, sin complejos y sin pudor, así es Victoria Carambat, una modelo de talla XL de 28 años y nacionalidad argentina que se ha convertido en un ejemplo para muchos.

Con medidas 100-100-138, además de desfilar por las pasarelas desde hace siete años para una marca de tallas grandes, Victoria es primero actriz y cantante, y fue finalista del reality 'Yo quiero ser la protagonista de Hairspray' en 2008.

Aunque llegó a la moda casi por casualidad, sus éxitos, como ella misma reconoce, proceden del duro trabajo que ha tenido que llevar a cabo para superar los obstáculos con los que se ha ido encontrando a lo largo de su vida. "En un escenario o en la pasarela muestro mi cuerpo sin vergüenza. Veo a chicas con un cuerpo increíble que se esconden, pero a mí no me pasa eso. Creo que en la vida todo es actitud", explica, en declaraciones recogidas por el medio Clarin.

Para llegar a esa reflexión, no obstante, hubo de afrontar duros momentos en los que el 'bullying', es decir, el acoso y cualquier forma de maltrato físico, verbal o psicológico, la golpeó a través de la burla de los compañeros que se iba encontrando en su camino. Sin embargo, lo que más llegó a afectarla fue el hecho de que en su país los derechos de igualdad eran a menudo pasados por alto y en un ejemplo de ello le resultaba muy difícil encontrar prendas de talla grande que poder comprar, de manera que tenía que conformarse con lo que encontraba en lugar de poder escoger lo que quería.

"Lo sufrí un montón pero me fui haciendo cada vez más fuerte. Aprendí que para todo lo que uno quiera encarar hace falta tener garra, carácter. Hoy me acepto como soy, me encanta la moda y siempre pienso en la estética", asegura.

Hoy, por suerte, reconoce que se está avanzando en este aspecto y poco a poco todo el mundo encuentra su sitio, tanto en la moda como en la sociedad.

Más allá, pese a admirar a la mujer capaz de mostrarse a sí misma sea como sea, reconoce que "cualquier extremo es malo", tanto el de una persona con obesidad mórbida como el de una escuálida. Por ello, recalca que siempre está detrás de cuidar su salud y todo el mundo debe seguir una vida saludable. "Si nuestra imagen nos afecta en la vida diaria tenemos que hacer algo para cambiarlo. Y si no se puede, trabajar para aceptarlo", sentencia.