"Si no le hacíamos trasplante, se iba a morir", ha explicado el padre de Avery, John Lee, en una entrevista a Foxnews.
El trasplante de heces es poco común pero se está haciendo cada vez más habitual para hacer frente a esta colitis que, como mínimo produce dolor abdominal y, en casos graves puede causar la muerte.
La pequeña Avery Lee estuvo seis meses en tratamiento entrando y saliendo del hospital de Georgia hasta que los médicos propusieron a la familia el trasplante fecal.
Este trasplante funciona porque las heces difunden bacterias saludables de una persona sana que no ha estado tomando antibióticos en el tracto digestivo del paciente, rechazando así la infección. Este tratamiento tiene una tasa de respuesta del 90 al 95 por ciento, según el médico que trató a Avery Lee, el doctor Jeffrey Lewis.