El espectacular cambio de una pareja que consumía 8.000 calorías diarias

Noticias CUatro 14/10/2016 18:23

Entre los dos llegaban a sumar 218 kilos y entre los dos decidieron hacer frente a su sobrepeso. Juntos, Debbie y Brandon Potter, de 28 y 29 años respectivamente, se propusieron decir adiós a su dieta de 8.000 calorías diarias.

El detonante para Debbie, de 28 años, se produjo en el momento en que comenzó a sentirse completamente exhausta a la hora de cuidar a sus hijos, –Brayson, de 3 años, y Jonah, de tan solo 18 meses–, por culpa de su elevado peso.

"Por duro que sea admitirlo, antes solía poner a mis hijos frente a la televisión porque no tenía energía y no quería llevarles a ningún sitio afuera. Me sentía humillada porque necesitaba ayuda para hacer tareas simples", reconoce, en declaraciones recogidas por The Sun.

A este respecto, cuenta que otro de los motivos que desencadenaron su cambio de hábitos fue ver cómo su marido Brandon, de 29 años, fue capaz de bajar casi 19 kilos en un periodo de tres meses. Tras ello, siguiendo su ejemplo, cambió completamente su modo de vida entregándose al deporte, el entrenamiento y, sobre todo, la comida sana y casera.

Concretamente, una rutina de ejercicio seis veces a la semana, incluyendo en ellos gratificantes paseos en familia, determinaron que la pareja perdiese casi 83 kilos entre los dos. Una cifra que también en imágenes deja patente que su esfuerzo, dedicación y constancia han dado como resultado un extraordinario cambio físico. Tanto, que en algunas de las fotografías que publican en Instagram cuesta reconocerles.

Brandon pasó de una talla británica de 46 a una talla de 34, situándose en los 80 kilos. Y por su parte, Debbie ahora pesa 53 kilos respecto a los casi 91 que pesaba en 2014, antes de empezar su transformación. Transformación, porque no solo fue un cambió físico lo que experimentó, sino también, –y sobre todo–, psicológico:

"Tenía sobrepeso cuando conocí a mi marido, pero continúe subiendo más y más peso durante mi embarazo, usando a mi hijo como excusa para comer todo lo que quería. Ahora, mis hijos son la razón para mantenerme saludable, no mi excusa por la que no puedo estarlo. Mi marido y yo nos hemos ayudado mutuamente para seguir con constancia en los momentos difíciles. Ahora estamos más sanos y felices que nunca", explica.

Debbie, que antes de su sobrepeso también experimentó la terrible enfermedad de la anorexia por culpa de una relación sentimental infructuosa, se muestra hoy orgullosa de haber superado cada etapa de su vida, fortaleciéndose en el camino hasta llegar a su situación actual. "Lo más importante es que me amo a mí misma", sentencia, expresando a sus seguidores cuál es su fórmula secreta para lograr la felicidad.