Matthew Scully-Hicks, de 31 años, infligió un cuadro de lesiones, que incluyen hematomas, una pierna fracturada y una caída por un tramo de escaleras, sobre Elsie en los ocho meses que estuvo a cargo de ella.
Según informa The Telegraph, murió cuatro días después de haber sido sacudida violentamente y de sufrir una fractura de cráneo. Todo ello ocurrió tan solo dos semanas después de haber sido formalmente adoptada por el acusado y su esposo.
La Corte de la Corona de Cardiff escuchó a Scully-Hicks, que se echó a llorar cuando se pronunció el veredicto. El acusado tuvo problemas para lidiar con la pequeña y la tildaba de "psicópata", "exorcista" y "Satán disfrazada de bebé" en mensajes de texto. Los vecinos oyeron que el ex guardia salvavidas gritaba le "cierra la boca" a Elsie y la llamaba "pequeña frágil" cuando lloraba.
Scully-Hicks insistió en que nunca le hizo daño a Elsie y afirmó que debía haber sufrido lesiones mortales antes de ser adoptada por ellos. Pero después del juicio, que duró más de cuatro semanas, durante las cuales 12 médicos expertos y seis doctores dieron evidencia de lo ocurrido, los miembros del jurado lo declararon, de forma unánime, culpable de asesinato.
Tras el veredicto, el fiscal Paul Lewis dijo al tribunal: "Elsie era particularmente vulnerable debido a su edad.Todas las lesiones sufridas por Elsie en su corta vida mientras vivía con el acusado fueron infligidas deliberadamente por él".
En las entrevistas con la policía y durante su testimonio, Scully-Hicks dijo que había dejado sola a Elsie durante unos minutos y que cuando volvió, se la encontró tirada en el suelo e inconsciente. Sin embargo, las pruebas posteriores revelaron que había sufrido tres hemorragias diferentes en la cabeza, una fractura de cráneo y tres fracturas costales.