Los expertos en salud, aconsejan no beber más de siete copas de vino a la semana, pero Emma, residente en Leigh-on-Sea, triplicaba esa cantidad en un solo día. Se levantaba cada mañana resacosa, sucia, vestida con la ropa de la noche anterior, con el maquillaje destrozado y dolores en todo el cuerpo de haberse caído por estar ebria.
Era consciente de que tenía que cambiar esa situación, aunque no lo hizo hasta que, tras el cumpleaños de un amigo de la familia, se desmayó en el taxi de vuelta a casa, completamente borracha, delante de Isabelle, su hija de diez años.
El día siguiente era su doceavo aniversario de bodas, pero Emma estaba hecha trizas después de la gran cantidad de alcohol que ingirió la noche anterior. Su primer pensamiento fue Isabelle y fue corriendo a verla a su habitación.
“Se despertó y me miró, estaba nerviosa y llorosa y me dijo, ‘Mamá, estuviste rara anoche… Tenías mucho sueño en el taxi y no pude hablar contigo’. Me congelé. No estaba en condiciones de cuidarla. Juré que no volvería a beber, pero Steve, mi marido, no se lo terminó de creer porque hace un par de años intenté dejar el alcohol pero volví a consumir. Esta vez no lo haré”, explica Emma a The Sun.
Tras aquello y para alentarse a abandonar su adicción, decidió escribir una lista de pros y contras de beber alcohol, lo que le puso las ideas bien claras.
En la lista, las cosas negativas de beber alcohol superaban a las positivas. Entre las contras destacan falta de confianza, gastar demasiado dinero, engordar, ser una mala madre, enfadar a los demás y estar triste, entre otros. Por otra parte, algunos aspectos positivos de no beber son tener más confianza, ahorrar, tomar mejores decisiones, ser mejor madre, tener más energía y ser libre.
“Conmigo, una copa de vino se convirtió en tres y luego en una botella. Se descontroló sin que me diera cuenta. Me senté y escribí los pros y los contras de las borracheras y me di cuenta de que debía terminar con ello. Dejar el alcohol me ha convertido en una mejor madre y esposa. Ahora soy más feliz, más rica y he perdido tres tallas en un año”, declara Emma a The Sun.
Ahora que lleva un año sin beber alcohol, muchas personas se refieren a ella como una aburrida, pero a Emma no le importa, pues ha ganado demasiado con el cambio como para volver atrás.
Su relación con Steve ha mejorado, ambos están más relajados, compenetrados y felices. Además, se ha unido al Club Soda, un grupo de apoyo a las mujeres que luchan contra el alcohol, donde ha hecho nuevas amistades.
“He llegado muy lejos desde que dejé de beber. Tengo la piel más bonita, más energía y me siento eufórica, orgullosa y feliz. Es agradable no tener ni una sola resaca, me encanta estar sobria”, cuenta orgullosa de sí misma.