Los restos hallados en la soldado que denunció una violación no coinciden con el de los militares a los que se les tomó ADN

Noticias Cuatro 18/04/2018 12:18

Así se ha desvelado, según indica Diario Sur, tras el informe que se ha realizado en el Instituto de Toxicología de Madrid. Se ha analizado el semen encontrado en el pijama y en los pantis de la denunciante y se ha corroborado que estos restos corresponden a un varón que no está identificado.

El abogado de la víctima, Javier Rincón, en declaraciones que recoge el medio malagueño, ha asegurado que estos resultados son “sorprendentes”. “Hemos presentado dos escritos ante el juzgado togado militar solicitando que se nos permita realizar un examen externo en un laboratorio independiente y, por otra parte, que se recojan muestras de ADN a todos los miembros del cuartel, sin exclusión. Si se ha tomado muestras a todos los que durmieron esa noche en el cuartel, está claro que alguien que no durmió dejó sus restos en la ropa de nuestra representada”, ha indicado Rincón.

El día de los hechos, la soldado notó una cerveza “amarga”

Los primeros recuerdos que la soldado tiene de aquella noche eran fugaces: “Una de las cervezas me resultó demasiado amarga”. La supuesta violación ocurrió en un bar de Antequera donde el grupo celebraba La Patrona.

“Cuando fui al baño en el pub ya tenía una actitud un poco rara”, recordó la soldado. Después, todo se niebla en su cabeza hasta que se despertó en el cuartel. Su abogado explicó que se despertó y tenía las medias puestas y manchadas de semen, aunque no tenía signos de violencia o agresión sexual.

Su superior le hizo al día siguiente el test de drogas y dio positivo en lo que podría ser algún sedante. Entonces, la soldado empezó a recordar con más claridad y explicó que cuatro hombres distintos la acosaron en el pub: “No recuerdo quiénes eran, por eso creo que ya estaba drogada. Escuché cómo se citaban. Me sentí como un cacho de carne”. Además, señaló a un compañero en concreto: “Siempre ha intentado ligar conmigo y hablaba de drogarme para conseguir relaciones”.

Entonces, la mujer de 35 años denunció también un intento de agresión sexual anterior que silenció por vergüenza. El soldado en cuestión fue detenido y Defensa dijo que se había activado el protocolo de ayuda psicológica. Su abogado indicó que su defendida sufría estrés prostaumático por todo lo sucedido.