En Sevilla, en la Plaza de España, se vivieron momentos de verdadera angustia. La cabeza de un niño de tres años se quedó encajada entre dos barrotes del estanque de la plaza sevillana, tras asomarse entre ellos. Tuvieron que intervenir los Bomberos y la Policía Local. Lo importante, destacan era la posición de la cabeza. Para sacarle, con dificultades debido al estado de nerviosismo del niño y de los padres, intentaron hacer palanca, pero finalmente fue necesaria la ayuda de vaselina. El rescate que duró alrededor de 20 minutos fue ovacionado por las personas que se encontraban allí.