La Fiscalía de Madrid ha solicitado 30 meses de prisión para Alberto G.F., un policía nacional, por espiar a su expareja, también agente de policía. El hombre accedió durante casi tres años a la base de datos de la Dirección General de Policía para conocer dónde y con quién estaba su exmujer.
El fiscal de la Audiencia Provincial de Madrid ha solicitado que se le condene por un delito continuado de descubrimiento y revelación de secretos, de acuerdo con el escrito de conclusiones provisionales.
El acusado mantuvo una relación sentimental con su expareja durante cuatro años, tuvieron un hijo y terminaron la relación en abril de 2014. Desde ese momento, el acusado entró con su clave en la base policial de datos y, “no asumiendo la ruptura de la relación”, recabó información de los ficheros en los que aparecen los nombres de las personas que se encuentran hospedadas en los hoteles.
En 2016 llegó a realizar 36 búsquedas para averiguar si la mujer había estado hospedada en algún hotel y, con esta información, enviaba mensajes de WhatsApp a la madre de su hijo para hacerle ver que sabía “dónde estaba y lo que hacía, lo que generaba cierta inquietud a la perjudicada”.