El equipo de la protectora de animales lo encontró encerrado en un pequeño establo, del cual no había podido salir en seis años, debido a la negligencia de sus anteriores dueños. Siete personas fueron necesarias para ‘esquilarle’.
Desde que le han cortado el pelo, Lazarus también ha perdido peso: con el pelo corto pesa 15 kilos menos que antes. Por el momento, Lazarus no podrá ser adoptado, ya que desde el centro consideran que todavía le queda “mucho por recorrer”, como que cumpla con todas las vacunas y se deshaga de las infecciones.