La sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, considera como hechos probados que en marzo de 2016, el acusado sometió a la menor a tocamientos en una piscina pública, hasta que esta consiguió soltarse, salir de la piscina y contarle lo sucedido a su madre.
La madre de la menor le comentó a una empleada de las instalaciones lo sucedido y, al decirle ésta al acusado que abandonara la piscina, éste comentó que "tampoco le había tocado tanto".