Con esta expulsión, dichas iglesias pasaron "de una membresía de pleno derecho a una condición de miembro inactivo".
Así, los ministros de las congregaciones del área de Madrid de la Iglesia Española Reformada Episcopal protestan "contra la actitud intransigente del Consejo Evangélico de Madrid". "Creemos que el Consejo Evangélico de Madrid carece de autoridad para pronunciarse en las cuestiones internas de las diferentes iglesias que lo componen", añaden en el escrito.
Por ello, piden el "mismo estatus" que se le ha aplicado a la Iglesia Evangélica, "inmediatamente y mientras" se le aplique a ella. Además, se muestran favorables a unirse "solidariamente" a las congregaciones expulsadas "en cualquier acción que quieran emprender para reparar esta injusticia".
Las parroquias anglicanas lamentan asimismo "la acción del Consejo de Gobierno al rechazar a uno de sus miembros". "Creemos que esta actitud está muy lejos de la actitud de Jesús con aquellos que eran diferentes, Jesús nos enseña que aquellos que son diferentes no deben ser excluidos", alegan en el comunicado.
Además, aseguran que "las instituciones cristianas deben ser lugares de acogida y respeto tal como viene siendo la práctica desde el tiempo de la Reforma".
Respecto a qué motivos les presentaron para justificar esta expulsión, el secretario general de la Iglesia Evangélica Española y pastor de dos de las iglesias que han vivido este proceso, Alfredo Abad, aseguró: "La Iglesia Evangélica es favorable de una Iglesia que no discrimina; la inclusión en la Iglesia de todas las personas es una prioridad, y por ello nos consideramos una Iglesia inclusiva y nos declaramos a favor de una pastoral que cuida y acoja a personas LGTB y sus familias".