En dos telegramas enviados como es habitual en estas ocasiones por el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, el Pontífice se ha mostrado "profundamente entristecido por el fuerte terremoto" de 7,3 grados de magnitud y epicentro cerca de la ciudad kurda-iraquí de Halabjah.
Así, Francisco ha expresado sus condolencias "a todos los que lloran la pérdida de sus seres queridos", al tiempo que ha ofrecido "sus oraciones por los fallecidos" y los ha encomendado "a la misericordia del Todopoderoso".
Finalmente, el Pontífice ha invocado "la bendición divina sobre los heridos, las autoridades civiles y los servicios de emergencia que participan en las labores de rescate, para que encuentren consuelo y fortaleza".