En la catequesis que ha celebrado en el aula Pablo VI del Vaticano, Francisco ha reflexionado sobre el milagro de la multiplicación de los panes y los peces y ha resaltado que es simbólicamente el mismo acto que todo sacerdote cumple cuando celebra la eucaristía. Sobre esto, el Pontífice ha señalado que "la comunidad cristiana nace y renace de la eucaristía", que no significa "vivir pasivo y ser un extraño de la vida cotidiana" sino que cada creyente sea "actor de la misericordia".
Así, ha subrayado que en la eucaristía los cristianos, como en el milagro de la multiplicación de los peces y los panes, son "empujados por Jesús a llevar el servicio a los demás". "Se concluye con la constatación de que todos son satisfechos. Con su compasión y su amor, Jesús da gracia, abraza, perdona. Jesús rellena de compasión", ha añadido.
En este sentido, ha incidido en que los discípulos de Jesús deben ser "instrumentos visibles de misericordia" que "no quiere dejar a nadie en soledad". "Jesús deseaba que sus discípulos se comprometieran en auxiliar al pueblo. La bendición de Jesús anuncia la eucaristía de la que el cristiano se alimenta y da fuerza para la vida. Jesús nos ha enseñado el camino a seguir", ha concluido.