El Papa pide a la comunidad internacional que proteja los derechos de la infancia

EUROPA PRESS 16/11/2016 11:29

"Hago un llamamiento a la conciencia de todos, instituciones y familias, hasta que los niños sean siempre protegidos y su bienestar sea tutelado, para que nunca caigan en formas de esclavitud, reclutamiento en grupos armados o dispuestos a formas de maltrato", ha señalado.

"Deseo que la Comunidad internacional pueda vigilar sobre su vida, garantizando a todo niño y niña el derecho a frecuentar la escuela y a tener educación para que su crecimiento sea sereno y miren con confianza al futuro", ha agregado.

Durante la catequesis, el pontífice argentino ha reflexionado sobre las obras de misericordia y cómo ponerlas en práctica. En particular, ha disertado sobre 'cómo soportar con paciencia a la gente molesta'.

El Papa ha explicado que, en la Biblia, Dios se muestra de manera "paciente y misericordiosa", como un dios "que soporta los lamentos de su pueblo". Así, ha explicado que también Jesús fue paciente durante los tres años de su vida pública y ha puesto de ejemplo el episodio de la madre de Santiago y Juan, que pidió para sus hijos que se sentaran uno a su derecha y otro a su izquierda en el Reino de los Cielos. Así, ha comentado que Jesús, en cambio, aprovechó esa situación para enseñarles y corregirles.

Por ello, ha señalado que esta obra de misericordia espiritual de soportar al que da fastidio está relacionada con otras dos: corregir al que se equivoca y enseñar al que no sabe, al tiempo que ha reconocido que supone "un gran esfuerzo ayudar a otros para que crezcan en la fe y caminen en la vida", aunque ha pedido a los cristianos que sean "humiles y sencillos en aconsejar" y "pacientes en el soportar".

"Somos buenos en identificar una presencia que suele dar fastidio (...) A veces, las personas fastidiosas son las que están cerca de nosotros, entre los parientes hay algunos, en el puesto de trabajo y también en el tiempo libre. Tantas veces nosotros damos fastidio a los demás", ha añadido.

Por ello, ha invitado a los presentes hacer un "examen de conciencia" para que cada de uno vea sus propios fallos. "Es fácil apuntar el dedo contra los demás, pero debemos aprender a ponernos en el lugar del otro", ha indicado. En esta línea, ha reiterado que el de Dios no es un reino de "poder, sino de servicio a los demás".

Asimismo, ha elogiado la labor de las catequistas que dedican tiempo a enseñar a los chicos los valores esenciales de la fe. "¡Cuánta paciencia sobre todo cuando los chicos preferirían estar jugando a escuchar el catecismo!", ha reconocido. Por ello, ha subrayado que enseñar a ver "lo esencial es una ayuda determinante" y ha pedido a los cristianos que eviten "caer en la envidia, la adulación o la ambición".

Y finalmente ha agregado: "La exigencia de aconsejar, amonestar y enseñar no nos ha de llevar a considerarnos mejores que los demás, sino, más bien, nos impulsa a entrar en nosotros mismos para verificar si somos coherentes con lo que pedimos a los demás".