El Papa advierte de la "inseguridad" que hace temer al inmigrante como un "antagonista" que invade el "espacio vital"

EUROPA PRESS 19/08/2016 13:05

Francisco ha hecho estas reflexiones en un documento, enviado como es habitual en estas ocasiones por el secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin, a los participantes de la 37ª edición del Encuentro por la amistad de los pueblos, que ha comenzado hoy en Rímini (Italia) y cuya temática es 'Tú eres un bien para mí'.

Así, el Pontífice ha advertido de que ante las amenazas a la paz y a la seguridad de los pueblos y de las naciones y el cambio de época que se está viviendo nadie "puede salvarse solo y con sus propias fuerzas". "El cristiano cultiva siempre un pensamiento abierto hacia los otros, quien quiera que sea, porque no considera alguna persona como perdida definitivamente", ha manifestado poniendo de ejemplo la espera del padre en la parábola del hijo pródigo.

"Cómo cambiaría el mundo si esta esperanza sin medida se convirtiese en la lente con la que los hombres se miran entre ellos. Hasta Judas, mientras Jesús era entregado a sus enemigos, ha sido llamado 'amigo' por él", ha incidido.

De este modo, ha llamado a dialogar con los demás para avanzar hacia nuevas síntesis que enriquecen a uno y al otro. "Este es el desafío ante el cual se encuentran los hombres de buena voluntad --ha manifestado--. Desde niños descubrimos la belleza de la conexión entre los seres humanos, aprendemos a encontrarnos con el otro reconociéndolo, respetándolo, como interlocutor y como hermano porque es hijo común de Dios que está en el cielo".

De este modo, Francisco ha llamado a no ceder ante "la tentación de encerrarse en el horizonte estrecho de los propios intereses", porque desde esa perspectiva, los demás se convierten en algo "superfluo, o peor todavía, algo fastidioso o un obstáculo". Así, ha señalado que el egoísmo debilita "el deseo y la capacidad de una convivencia en la que cada uno puede ser libre y feliz en compañía de los demás con la riqueza de su diversidad".

"Descubriremos que abrirnos a los demás no empobrece nuestra mirada, sino que la hace más rica porque nos hace reconocer la verdad en el otro, la importancia de su experiencia, en lo que está detrás de lo que dice, también cuando se esconde detrás de actitudes y elecciones que no compartimos", ha dicho.

En esta línea, ha explicado que el "verdadero encuentro" implica "claridad" de la propia identidad y, al mismo tiempo, "disponibilidad" para ponerse en el lugar del otro, "más allá de la superficie, de lo que agita su corazón, lo que busca verdaderamente". Finalmente, ha pedido que se encuentren los fundamentos de la comunión entre los hombres para un nuevo inicio. "Anunciar el Evangelio significa hoy ir al encuentro de las heridas del hombre, que llevan presencia fuerte y simple de Jesús, su misericordia que consuela y da coraje", ha concluido.