Sus bebés nacen enfermos después de que los médicos no le alertaran sobre los efectos de su tratamiento

Noticias Cuatro 29/09/2017 07:00

Una enfermera ha declarado que ha sido obligada a retirarse a sus treinta años después de que la medicación que tomaba les causara defectos al nacer a sus dos hijos, según informa Mirror.

A Antonia le prescribieron unas pastillas llamadas ‘Epilim’ para tratar su epilepsia a los 13 años. La mujer, de Soutport (Reino Unido), continuó tomando las pastillas durante ambos embarazos sin que los médicos la alertaran del riesgo al que estaban expuestos los bebés. Los dos pequeños sufren el síndrome de valproato fetal.

Kaitlyn necesita gafas, empezó muy tarde a andar y tiene los rasgos faciales normalmente asociados con el síndrome. Pero Annie ha sufrido trastornos más severos. La niña de dos años sufre de autismo, asma, problemas sensoriales, no camina con normalidad y comenzó a hablar con retraso. Además, también tiene rasgos faciales generalmente asociados con el síndrome.

Antonia cree que la gravedad de la enfermedad de su hija Annie pudo deberse a la alta dosis que tomaba mientras estaba embarazada. “Tomaba 1000mg al día mientras estaba embarazada de Annie y no estaba advertida de los posibles riesgos.”, ha dicho.

Cuando la madre comenzó su propia investigación, descubrió que Annie estaba mostrando síntomas de la enfermedad y fue a ver a un especialista para confirmarlo. A los 18 meses de edad, la pequeña fue finalmente diagnosticada.

"Cuidar a Annie es difícil, no puedo conducir por a mi epilepsia, así que tengo que confiar en mi familia y amigos (…) Me paso todo el tiempo yendo y viniendo del hospital por citas para mí o para mi hija. Es una pesadilla.”, ha añadido. Afortunadamente, sin embargo, Antonia dice que Annie se está desarrollando muy bien en general.

La mujer de treinta años había trabajado como enfermera en el Hospital Quirúrgico de Southport durante cinco años, antes de retirarse éste.

"Siempre quise ser enfermera desde que era pequeña (…) Pero me apoyaron mucho después de todo lo que pasé, echo de menos mi trabajo todos los días.", comenta la madre de las dos pequeñas.

Los activistas dicen que las mujeres deberían haber sido advertidas acerca de la medicación para tratar la epilepsia, ya que desde 1974 se estima que hasta 20.000 niños en el Reino Unido pueden haber sufrido daños por la medicación que sus madres tomaban durante el embarazo.

Antonia, que vive en Birkdale con el padre de Annie, Adrian Kuti, está compartiendo su historia, ya que no quiere que nadie más pase por lo que ella ha pasado.