El sobrino nieto de la Madre Maravillas: "Las propias carmelitas pidieron zanjar la polémica de la placa en el Congreso"

EUROPA PRESS 17/10/2016 18:55

"¿Por qué había que dedicarle una placa? ¿Quién era esa religiosa? Para unos pocos se trataba de una religiosa reaccionaria, representante del catolicismo más ortodoxo. Para otros, sin duda los más numerosos, era una santa, una mujer extraordinaria que dedicó su vida a los más necesitados", explica Marañón en el libro.

Finalmente, y tras el descontento de distintos grupos políticos, entre ellos, varios parlamentarios del PSOE, la Mesa del Congreso decidió no colgar la placa en la Cámara Baja. Después, según cuenta el sobrino nieto de la santa, se barajó la posibilidad de pedir al entonces alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, que el Consistorio colocase la placa, una posibilidad que, según Marañón, ya había sido valorada por el entonces presidente del Congreso de los Diputados, José Bono.

Sin embargo, según cuenta el autor, el político recibió una llamada de la priora del Convento de la Aldehuela para pedirle que zanjara la polémica. "Así se lo pidieron las propias carmelitas del convento para que la figura de la Madre Maravillas dejase de ser polémica casi diaria", señala Marañón en declaraciones a Europa Press, al tiempo que destaca el "buen juicio" que tuvo José Bono en medio de esta "contienda".

La Madre Maravillas nació en una casa que posteriormente se añadió a los edificios del Congreso en el seno de una familia de la nobleza con una posición de gran influencia política y económica --por este motivo, el subtítulo del libro es 'Del palacio al convento'--. Desde niña tuvo vocación, según relata su sobrino nieto, y aunque al principio encontró reticencias en su familia, cerca de la treintena ingresó en el convento. "Podría haber tenido una vida acomodada pero se dedicó de forma íntegra a los desfavorecidos", precisa.

Entre sus obras, Marañón destaca la creación de escuelas y viviendas prefabricadas en una zona de Getafe donde vivían en chabolas, gracias a las donaciones particulares y subvenciones. Además, la define como una mujer "empresaria" ya que logró establecer una red conventual que se autoabasteciese, logrando que conventos que estaban casi en la ruina, se autogestionasen. En Getafe fundó el Convento de Carmelitas Descalzas del Cerro de los Ángeles, de donde ella y su comunidad fueron expulsadas en 1936 por la Guerra Civil.

"Todo es extraordinario en ella, la labor fundacional que acomete en aquellos tiempos de una España con lamentables medios comunicación y de transporte, con la hambruna y la miseria de la postguerra e incluso de años antes de la guerra", señala su sobrino nieto, para asegurar que Maravillas tuvo una vida de "éxito", también en la carrera eclesiástica pues fue canonizada en 2003.

Asimismo, en el libro, Marañón recoge algunas anécdotas que, según indica, "demuestran que la vida de la religiosas es una vida alegre en la que suceden episodios graciosos". "Un eminente cardiólogo que la atendió en aquella época y que partía de posiciones agnósticas, acabó escribiendo que pocas veces se sintió tan impresionado por la alegría que emanaba de aquellas religiosas", recuerda.