Natasha Lees es una británica de 32 años que ha revolucionado la prensa británica. La mujer ha saltado a los titulares de los principales medios ingleses al quejarse del trato que ha recibido su hijo de cinco años después de someterse a un chequeo médico del colegio. La exploración de los doctores se limitó a hacer una inspección básica del pequeño entre los que estaban algunos análisis de sangre o la medición de la altura y del peso.
Cuando acabó el reconocimiento, todo parecía haber salido según lo previsto. Lo que nunca imaginó Natasha Lee era el gran enfado y disgusto que se llevaría cuando recibió en su casa la carta con los resultados. Según ha declarado la mujer al periódico Daily Mail, en este mensaje la enfermera encargada de redactar el informe calificó al pequeño Joshua Lomax como "un niño con sobrepeso".
El crío de tan solo cinco años mide un metro y quince centímetros y pesa poco más de 23 kilos. Aquí fue donde comenzó el enfado de Natasha Lees: "Si mi hijo estuviera gordito lo sabría y haría algo al respecto. Pero no es así, no hay una pizca de grasa en él. Cuando le tocas se le notan los huesos de su cuerpo y sus costillas. ¿Cómo puede tener sobrepeso si puedo sentir su esqueleto?".
La indignación de la madre ha ido más allá y es que Natasha Lees se encuentra realmente enfadada por los traumas que pueden crear términos como estos en niños tan pequeños: "Este tipo de errores puede tener un efecto negativo en los niños. Afortunadamente, Joshua todavía es joven y no está al tanto, pero estos chequeos se llevarán a cabo durante toda la escuela. Ponerlos en categorías como estas es realmente vergonzoso. Utilizar estas palabras podría hacerlos inseguros y alentar los trastornos de la alimentación".
Además, la mujer también ha criticado la escala que se utiliza para designar quién tiene sobrepeso en la industria médica: "Qué desperdicio gastar dinero en enfermeras que hacen estos estos reconocimientos médicos si ni siquiera pueden usar un poco de sentido común".
La respuesta de la otra parte del conflicto tampoco ha tardado en producirse. El colegio en el que está matriculado el pequeño Joshua, la Escuela Primaria Católica Romana de St Winifred, se ha puesto en contacto con el medio británico y ha pedido perdón a Natasha Lees por los daños causados.
Aún así, el centro ha defendido a la enfermera y al informe que redactó: "Nuestro equipo de enfermería escolar sigue las pautas del Programa Nacional de Medición Infantil. Si el niño tiene sobrepeso, intentamos asegurarnos de que la carta que reciben los padres sea sensible e informativa y lo sentimos si algún padre que la recibe está molesto".