Alrededor de 300 personas han estado trabajando de forma intensa durante toda la noche para poder apagar los focos que permanecen activos. El cambio del viento y el aumento de la humedad relativa han facilitado las tareas a los equipos terrestres.
No obstante, las elevadas temperaturas previstas y el giro del viento hacen mantener la prudencia respecto a la evolución del incendio.
Asimismo, los técnicos mantienen un perímetro afectado de alrededor de 13.500 hectáreas quemadas, de las que mitad corresponden a cereal y el resto a pino carrasco natural.
Esta mañana tiene lugar una nueva reunión en la sede del 112 para analizar la evolución del fuego y adoptar las estrategias oportunas con la incorporación de los medios aéreos.