Francesca Chelsea Burr, que además de ser modelo también trabajaba como maestra de escuela, sufrió un accidente que provocó que se cayera por unas escaleras en noviembre del año pasado. Para tratar de que superara ese incidente, los médicos le indujeron un coma, estado en el que permaneció durante casi un mes, según informa RT.
La joven tenía fracturado el cráneo en cinco partes, además de la mandíbula y la nariz rotas. Su madre y su padrastro descubrieron que, además, también tenía un charco de sangre procedente de sus ojos, orejas y nariz, por lo que los doctores advirtieron que se preparara para lo peor.
Tras recuperar la consciencia, la paciente no pudo reconocer a su novio y no recordaba su segundo nombre ni que sus padres se habían divorciado hacía 10 años. Sin embargo, había conseguido sobrevivir al fatídico accidente.
Pero mientras Burr estaba inconsciente, los especialistas le extrajeron trozos de huesos rotos de su cerebro con el fin de intentar reconstruir la parte de su cráneo destrozada que había dejado a la joven un gran 'agujero' en la cabeza. Después, con la ayuda de una impresora 3D, crearon una placa de titanio a medida para sustituir la parte de cráneo dañada.
Aunque la modelo ha vuelto a vivir con su madre, es consciente de que no volverá a ser la misma joven "ambiciosa" porque no tiene trabajo ni vida social, pero sí "mucha suerte de tener amigos y familiares increíbles".