Después de tener dos hijos Claire Hawker de 30 años, no se encontraba a gusto con su figura así que decidió ponerse unos implantes de pecho pero su presupuesto no era muy amplio. Un día unos amigos le comentaron que por 5.000 euros podría realizarse los implantes en Praga, con el desplazamiento desde Inglaterra incluido.
Ante la ‘ganga’, Claire reunió el dinero y viajó hasta Praga en declaraciones al Daily Mail: “con mucha ilusión y con la intención de cumplir un sueño”
Cuando llegó a la clínica nadie hablaba inglés, así que tuvo que entenderse mediante fotos para enseñar lo que quería. Tras las dos horas de operación, sentía un gran dolor en el pecho pero pensaba que sería lo normal en esas situaciones.
Al día siguiente y ya de vuelta a su casa, el dolor no cesaba “pensaba que me moría”. Una semana después y con unos dolores insoportables, la madre de Claire se dio cuenta que del pecho de su hija salía un líquido marrón y mal oliente.
Acudieron al hospital y los médicos le comunicaron que tenían que quitarle los implantes, sufría una grave infección que si hubiese esperado más le podría haber costado la vida.