Fundación Alicia y Guillermo, ONG de ayuda a mayores nacida de la 'última voluntad' de su promotora Francisca García

EUROPA PRESS 14/10/2017 13:15

Así, esta iniciativa surgió fruto de la amistad entre ella y García Rodrígez. "Yo trabajaba en un banco y Francisca era una de mis clientes. Eran los tiempos en los que la banca aún era humana porque era una señora que tuvo dos hijos pero fallecieron antes que ella y yo intentaba ayudarla en todo lo que podía", relata.

"Todo empezó hace más de 25 años --recuerda--. Finalmente, Francisca se fue a una residencia y yo me fui involucrando cada vez más en su vida. Digamos que nos adoptamos mutuamente porque para ella yo era la hija que perdió y para mí la madre que tenía a más de 400 kilómetros. Tuvimos una gran sintonía".

En este punto, Carbonell precisa que uno de los hijos, Guillermo, tenía una deficiencia por lo que su madre siempre quiso conseguir dinero para que su hija Alicia le pudiera cuidar cuando ella no estuviese en vida. "Sin embargo, Alicia falleció y Guillermo estuvo en varias instituciones ya que su madre no podía hacerse cargo de él y finalmente el hijo falleció", recuerda.

Carbonell, que define a García Rodrígez como "una mujer bastante adelantada a su tiempo", señala que fue así cómo la madre reunió una cantidad de dinero que finalmente no se usó en su totalidad por lo que le aconsejó que se donara a alguna causa "para que no se perdiera". Y con esa idea, entre las dos idearon la puesta en marcha de esta fundación, que llevaría los nombres de los dos hijos fallecidos, en noviembre de 2013, después de que en julio de ese año muriera García.

La directora ejecutiva de la institución explica que pudo hacerse cargo de la misma porque en el banco en el que trabajaba hubo un ERE y se acogió a una baja indemnizada. "Me dije que era como el tren que pasa por mi puerta, fue un riesgo que asumí pero es que estaba claro que no podía hacer las dos cosas", reconoce.

"Partíamos de cero, porque no sabíamos nada del Tercer Sector --prosigue--. Ahora hemos ido aprendiendo pero he entendido que, como dice la frase, ser feliz no es hacer lo que te gusta sino que te guste lo que haces".

Carbonell señala que "2014 pasó rápidamente, con los trámites para poner en marcha el patronato y mil cosas más", tirando de la ayuda y asesoramiento de sus hijos y un par de amigos. Actualmente, la sede de la Fundación está en la casa de Francisca, en la calle Hermano Gárate número 5, 3º B, en Madrid, y su ámbito de actuación radica en esta comunidad autónoma.

La razón de ser de la Fundación Alicia y Guillermo es la atención a las personas mayores, tanto en su faceta física como psíquica, como reza el testamento de García: "la atención a personas ancianas que no tengan medios económicos para su subsistencia y/o personas ancianas que pese a tener medios económicos estén desatendidas por sus familiares o por carecer de éstos".

A juicio de su directora ejecutiva, "hay bastantes estereotipos en torno a la figura del mayor cuando mucho de lo que se ha conseguido en la sociedad es gracias a ellos". "Nadie quiere verse reflejado en ellos pero es la realidad", asevera.

Asimismo, lamenta que en España no haya muchas entidades dedicadas "exclusivamente a los mayores, apenas un 2%", al tiempo que enfatiza en los problemas que hay para llegar a este colectivo, aunque ensalza "la creciente sensibilización" que se ha generado al respecto en los últimos tiempos, lo que facilita la visibilidad de la Fundación Alicia y Guillermo.

SENSIBILIZACIÓN Y VOLUNTARIOS

Precisamente, en cuanto a los objetivos de la fundación, pasan por promover actividades que sirvan para luchar contra la discriminación por razón de edad, superar los estereotipos relacionados con la edad y eliminar barreras, apreciar la contribución que las personas de más edad hacen a la sociedad y a la economía, promover el envejecimiento activo, la solidaridad intergeneracional y la vitalidad y dignidad de todas las personas.

Asimismo, aboga por fomentar la autonomía de las personas mayores para que sigan siendo sujetos activos de sus vidas, vencer la soledad no deseada creando nuevas redes sociales entre personas de varias generaciones e implementar campañas para concienciar a los poderes públicos, a las entidades privadas y a la sociedad en general de la necesidad de prestar una especial atención a este sector de la población.

Por ello, recurren a programas de sensibilización, acompañamiento afectivo para mayores con voluntarios (tanto en domicilios como en residencias) así como a iniciativas relacionadas con el envejecimiento activo, que giran en torno a la música, el teatro, la literatura o la pintura, entre otras actividades, como especifica Carbonell, que añade que en la actualidad cuenta con más de una treintena de voluntarios que ayudan hasta casi 80 mayores. Como curiosidad, algunos de estos voluntarios son gente de avanzada edad.

"La cifra de beneficiarios varía en función de las actividades ya que algunas tienen más aceptación que otras pero el objetivo es crear red, ese tejido social que se ha perdido en las ciudades porque el día de mañana el que te puede ayudar es tu vecino, que es el que está más cercano. La clave es no estar solo", apostilla.