Expertos detectan un "pequeño porcentaje" de población musulmana joven que se siente discriminada en España

EUROPA PRESS 27/11/2017 14:59

La investigación longitudinal de la segunda generación en España (ILSEG) presentada este lunes, concluye que los hijos de los inmigrantes se identifican más con el país a medida que van cumpliendo años y califica por ello como exitosa su integración en el país. Sin embargo, llama la atención sobre un "pequeño porcentaje" de veinteañeros musulmanes que se sienten discriminados por su religión.

"Es una población pequeña pero sobre la que hay que prestar atención", ha dicho en declaraciones a Europa Press el sociólogo de Princeton Alejandro Portes, quien ha realizado el estudio junto a Rosa Aparicio, del Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset y William Haller, de la Universidad de Clemson.

El trabajo es resultado de un seguimiento de un grupo de hijos de inmigrantes a lo largo de diez años. En la primera fase, en 2006, se entrevistó a 7.000 niños en colegios públicos. En una segunda oleada se volvió a preguntar a 3.811 de aquellos y para esta tercera fase, que a diferencia de las anteriores "marca tendencias pero no es extrapolable", se lograron recuperar 2.922 casos con una mediana de 22 años de edad.

Según expone, "sorprende la similitud" entre autóctonos e hijos de inmigrantes" y "parecen pertenecer a un mismo universo común de jóvenes", pero hay "efectos inesperados" de la encuesta asociados a la religión: "los hijos de inmigrantes tienden a retener las creencias religiosas con mayor frecuencia que los autóctonos" algo que ocurre "en particular, con los musulmanes".

Estos, además, "reportan mayores experiencias de discriminación, mientras que los que se declaran cristianos o protestantes tienden inesperadamente a identificarse con España en forma significativamente más alta que los no creyentes".

En este contexto, el informe señala que si bien "los orígenes nacionales no son causas significativas de ninguno de los indicadores clave de integración, una vez controladas otras variables los jóvenes de origen marroquí y otros de ascendencia islámica deben ser sujetos de mayor atención por las autoridades y por la sociedad en general para impedir que su identificación religiosa genere actitudes reactivas de oposición y receptividad a ideologías radicales".

"Si en su totalidad, la segunda generación avanza hacia una incorporación positiva a España, sabemos que unas pocas excepciones a este proceso pueden conllevar resultados trágicos. Es allí donde la atención de las autoridades, agentes sociales y la sociedad española en general debe concentrarse", concluye el trabajo.

MÁS DISCRIMINADOS, MENOS ESPAÑOLES

Se trata, según ha señalado Portes, de un "porcentaje pequeño", algo por debajo del 15 por ciento dentro de la muestra, que "reportan más casos de discriminación" que el conjunto de los sondeados, lo que repercute en su auto identificación como españoles. "Hay excepciones que vienen a concentrarse fundamentalmente por religión entre hijos de musulmanes. Casos en que nos hemos encontrado cierta queja de acoso policial, por ejemplo", ha explicado, para concretar que estos comentarios, pocos, se dieron en Barcelona.

"Este es un indicador muy potente porque aunque la auto-identificación nacional parezca una variable suave y cambiante, puede en determinadas circunstancias tener consecuencias dramáticas, en el sentido de que verse como ciudadano de segunda categoría o limitado a determinadas áreas urbanas como guetos, puede llevar a consecuencias que conocemos de conductas que son muy importantes", ha señalado.

Portes ha incidido en que "junto al conjunto altamente positivo que arrojan los resultados en términos de integración en España, hay estos casos excepcionales que aparecen en encuestas cualitativas y convendría prestarles atención" porque a su juicio, "puede pasar que con este fervor policial en algunos casos para impedir que vaya a haber ataques se cree lo que se está tratando de impedir" porque haya "jóvenes que se vean acosados" y esto genere "lo que ya es mucho más común en otros países de recepción, como Francia o Alemania".

MISMA DISCRIMINACIÓN QUE LOS NATIVOS

En total, un 20% de los hijos de inmigrantes sondeados dijo haber sufrido discriminación durante los tres años anteriores, aunque dos tercios señalaron que había sido ocasional y fueron un 7% quienes dijeron padecerla con frecuencia, una tasa similar a la registrada entre los hijos de españoles.

Esta percepción no varía notablemente entre nacionalidades, ya que según los expertos, depende en mayor medida de otros factores como el número de años de residencia o el nivel educativo de los padres. Aún así, más de la mitad de la muestra comparte "el estereotipo" de que en España se discrimina a los extranjeros.

Además, el 40% de los hijos de autóctonos opina que en España se discrimina a los extranjeros, cosa que piensan el 38% de los hijos de éstos. "Vemos una discrepancia notable entre las experiencias personales de discriminación y la percepción de su existencia generalizada", señala el trabajo, que plantea la posibilidad de que se trate de un estereotipo compartido.

Para los investigadores, el papel del sistema educativo español así como del sistema sanitario ha sido crucial para conseguir que la integración de la segunda generación de inmigrantes sea "un éxito". "Aunque hay excepciones de gente que por ejemplo en la calle les llamaban "moros" o les decían "vete a tu país", los resultados han sido altamente positivos. Sin la escuela, estaríamos contando otra historia", ha apostillado.

OCHO DE CADA DIEZ SE SIENTEN ESPAÑOLES

De hecho, el 78,89% de los hijos de inmigrantes nacidos en otro país y el 87,02 por ciento de los nacidos en España se sienten "como en casa" en España y son el 47,07% de los nacidos fuera y el 75,32% de los nacidos aquí quienes se identifican como españoles, datos que llegaron a sorprender a los propios sociólogos, quienes esperaban una integración "más problemática" como la registrada en otros países de la UE.

La tasa es mayor ahora que en la segunda oleada pues según explica Portes, a medida que han llegado a la adultez temprana, han incrementado su auto identificación con el país: un 20% de los nacidos fuera se sentía español a los 14 y hoy son el 50%.

Asimismo, el grueso (73,09%) de los hijos de extranjeros prefieren expresarse en Castellano o en Castellano y otro idioma (22.08%), que es el catalán en un 2,21% de los casos porque, conforme han señalado Portes y Aparicio, "la cuestión del regionalismo no cala" en esta parte de la población. La tasa es elevada aunque casi siete de cada diez encuestados manejan otro idioma además del español.

En el resto de indicadores analizados, como el nivel educativo, la situación laboral y las ambiciones de futuro, no se encuentran diferencias notables entre hijos de nativos e hijos de inmigrantes, salvo que estos presentan peores niveles económicos en sus familias (sólo un 20% de los hogares de inmigrantes ingresan más de 2.000 euros al mes) o que entre ellas, hay más incidencia de embarazos tempranos, fenómeno al que el estudio no ofrece explicación.

De igual manera, las diferencias entre géneros son las mismas que en la población general: "ellas sufren las conocidas desventajas de ingresos y estatus ocupacional" aunque "aventajan a los hombres en términos de logros educativos y ambición hacia el futuro", concluye el trabajo.