El proyecto, en el que también han participado 5.500 estudiantes sin discapacidad, busca reforzar la capacidad formativa de los centros a través del conocimiento de las TIC y la sensibilización de la comunidad educativa. Según la organización, se ha asesorado a 35 familiares y a más de 600 profesores y se han impartido cursos de formación a más de 300 educadores y se ha contado con 42 voluntarios. El proyecto ha supuesto además la generación de 21 puestos de trabajo.
La novedad de este año es la formación para el desarrollo de productos de apoyo empleando circuitos programables. También se han adaptado productos tecnológicos existentes, juguetes y ratones y se han creado unos pulsadores que se conectan a dispositivos electrónicos.
De la misma forma, el proyecto también ha incluido actividades entre estudiantes con y sin discapacidad en las que según COCEMFE "se ha conseguido un mayor conocimiento entre los/las compañeros/as", así como actividades de deporte adaptado, circuitos de accesibilidad y la realización de libros sensoriales y otros materiales didácticos.