Shannon Galpin es una mujer de 41 años que ha confesado la razón por la que, hasta el momento, ha escrito hasta veintiuna cartas de despedida a su hija de 12 años, Devon.
Shannon entrena al equipo nacional de ciclismo femenino de Afganistán y por ahora han sido veintiuna veces las que ha tenido que volar hasta el país para trabajar con su equipo. Cada vez que acude al país afgano, Shannon le escribe una carta de despedida a su pequeña diciéndole lo mucho que le quiere, en caso de que no vuelva a su casa en Colorado, EEUU.
Ella misma es consciente de los riesgos que tiene viajar a Afganistán y desafiar los tabúes como el de una mujer montando en bicicleta.
En 2013, una de los miembros del equipo, Mariam Seddiqi, fue atropellada por un hombre que conducía una moto, mientras que al entrenador le dieron una paliza en la capital afgana, Kabul.
En los últimos 35 años Afganistán ha estado ocupado tanto por los soviéticos como por las fuerzas de la OTAN dirigidas por EEUU, y gobernados por los talibanes.
Durante esta época, a las mujeres se les han prohibido ir al colegio, trabajar, mostrar la piel en público o salir de la casa sin un hombre. A pesar de la caída del régimen talibán, el país ha ido evolucionando en los derechos de las mujeres muy lentamente y hay muchos que se oponen a la idea que las mujeres se liberen y monten en bicicleta.
Shannon Galpin afirma al The Mirror que ha recibido amenazas de muerte en varias ocasiones, y no solo de ciudadanos afganos sino de otros ciudadanos estadounidenses que creen que está apoyando a terroristas.
Shannon viaja tres veces al año a Afganistán por periodos de 1 mes cada vez: “nunca olvido el riesgo que tengo cuando viajo a Afganistán”.“Sentarme a escribir las carta para mi hija antes de partir me hace darme cuenta de los que verdaderamente vale la pena”