Encuentran muerto, en extrañas circunstancias, a uno de los detectives del caso Madeleine

Noticias Cuatro 15/01/2018 06:01

El misterio rodea la muerte de Kevin Halligen, de 56 años, quien se dice que se presentó a sí mismo como un "espía de capa y espada, estilo James Bond". La policía confirmó a MailOnline que se ha lanzado una investigación debido a las extrañas circunstancias de su muerte.

Halligen se hizo cargo de la investigación privada del caso McCann en marzo de 2008, pero luego fue acusado de estafar al fondo familiar casi 340.000 euros.

Su muerte está siendo tratada como inexplicable, pero una fuente que conocía a Halligen asegura que tenía problemas con la bebida y que eso podría haberle causado la muerte. Un ex colega dijo: "La casa estaba llena de sangre, pero aparentemente eso se debía a que Kevin se había caído".

Kate y Gerry McCann, los padres de Madelaine, en un principio quedaron impresionados por Halligen y pensaron que “jugaba en una liga diferente”. Al parecer, el investigador se jactó de emplear a ex oficiales del FBI, la CIA y las fuerzas especiales, mientras ofrecía vigilancia encubierta y reunión de inteligencia en Portugal. El detective incluso dijo que podía proporcionar imágenes de satélite y detalles del tráfico telefónico desde la noche en que Madeleine desapareció.

Un año después, empezaron a surgir preguntas sobre Halligen y su compañero Oakley. Se descubrió que estos investigadores no habían investigado cientos de llamadas y que sus facturas no habían sido pagadas.

Las imágenes de satélite que le habían prometido a la familia resultó que fueron tomadas de Google Earth.

La familia no quiso seguir con él y decidió prescindir de sus servicios. El contrato se dio por terminado poco después de que Halligen cobrase más de 340.000 euros.

Después de ser despedido de la investigación de McCann en 2009, Halligen fue arrestado en el Reino Unido y extraditado a Estados Unidos por cargos de fraude por un caso que no tenía nada que ver con la investigación de la desaparición de la pequeña Maddie.

The Washington Post informó en ese momento: "Los propietarios de los restaurantes de Washington lo recuerdan gastando miles de dólares en alcohol día y noche”.

Finalmente acabó yendo a prisión por fraude y estuvo encerrado 42 meses. Tras ser liberado y deportado, regresó a su lugar de nacimiento en Dublín.