Desde que perdió el grado máximo de invalidez, en 2010, Dolors Carrasquilla ha sufrido ocho operaciones en una pierna. “He tenido que estar diez meses con hierros en la pierna y un año escayolada en una cama”, explica. Padece una infección crónica que le ha llevado al quirófano en 35 ocasiones. La Seguridad Social le reconoció la gran invalidez pero al mudarse a Valencia se lo rebajaron.