¿Por qué nos duele tanto un golpe en un dedo del pie o en el codo?

Noticias Cuatro/ Agencias 16/01/2017 11:43

Sin embargo, nadie sabe el motivo por el cual son tan altos los índices de dolor en un acto tan simple y sencillo. Una incógnita que plantearon un grupo de estudiantes de la Universidad de Wake Forest y a la que han dado solución. Todo se basa en unas respuestas neurales que son distintas en varios individuos, corroborando en buena medida que cada persona siente el dolor de forma diferente.

El jefe de la Unidad de Dolor del Hospital de la Milagrosa de Madrid, Ernesto Delgado, explicó a Noticias24 que la sensación de molestia trasciende de las características neurológicas individuales en sentido estricto y también se relaciona a otros aspectos. “La localización anatómica del golpe, la zona donde se encuentran las estructuras nerviosas o la cuantía de fibras nerviosas y receptores en las diferentes partes del cuerpo”, destacó Delgado.

Razones por las que puede doler:

  • El codo: El enorme malestar se genera porque el nervio cubital es aplastado en el momento del golpe contra el hueso. El doctor Delgado declara que el dolor se prolonga porque "el nervio comienza en la espina dorsal y se ramifica hasta los dedos meñique y anular”.
  • Dedos de los pies: Uno de los accidentes más dolorosos se genera porque el dedo meñique del pie tiene abundantes terminaciones nerviosas. Los nociceptores transmiten el dolor de forma veloz al sistema nervioso central y muchos de estos se ‘activan’ al mismo tiempo cuando se produce el impacto. Este tipo de lesiones frecuentemente termina en lo que se conoce como “fracturas del sonámbulo”.
  • Cortarse el dedo con papel: Una lesión muy superficial y de sangrado mínimo; sin embargo, genera un dolor punzante que se relaciona con los grandes receptores nerviosos de dolor que existe en esa parte del cuerpo, en comparación con otras.
  • Quemaduras leves: También duele tanto debido a la presencia de terminaciones nerviosas que quedan intactas tras la lesión. Pero las quemaduras graves destruyen los receptores nerviosos, por lo que se traduce la pérdida de sensibilidad.