La diabetes multiplica por 10 el riesgo de padecer ceguera

NOTICIAS CUATRO / AGENCIAS 14/11/2013 09:01

La comunidad médica advierte de la importancia de realizar chequeos que permitan detectar esta dolencia y reducir así el elevado nivel de infradiagnóstico. Asimismo recomiendan a los diabéticos someterse a revisiones oftalmológicas periódicas que eviten el desarrollo de las enfermedades visuales asociadas.

La Federación Internacional de Diabetes estima que esta dolencia afectará a más de un 20 por ciento de la población europea en apenas 15 años, en gran medida debido al progresivo envejecimiento de la población. "Esta cifra será sensiblemente superior en España, donde la población envejece a un ritmo mayor que en el resto del continente debido a la mayor esperanza de vida", advierten.

Del mismo modo, denuncian, "existe un considerable infradiagnóstico en los casos de diabetes", y "un escaso conocimiento de la gravedad de ciertos problemas visuales asociados a esta dolencia". "De ahí la importancia acudir a revisiones oftalmológicas frecuentes para prevenir el desarrollo de enfermedades oculares graves como la retinopatía diabética o el edema macular diabético", añaden desde Clínica Baviera.

La retinoptía diabética consiste en el deterioro de los vasos sanguíneos que irrigan la retina, provocando fugas de fluido o sangre. Si la enfermedad avanza se forman nuevos vasos sanguíneos y prolifera el tejido fibroso en la retina, lo que tiene como consecuencia que la visión se deteriore, pues la imagen enviada al cerebro se hace borrosa. Esta dolencia afecta a más de un 30% de los diabéticos, lo que supone un 3% del total de la población en España, y es la causante de un 85% de los casos de ceguera en diabéticos de tipo I.

Mientras, el edema macular diabético consiste en la acumulación de líquido a nivel tisular, lo que provoca el engrosamiento de la retina y afecta a un 7,9% de los diabéticos de tipo II. Su síntoma característico consiste en la pérdida de la visión central que a veces se manifiesta como una percepción distorsionada de las caras u otros objetos. Un riguroso control glucémico y revisiones oftalmológicas periódicas también son esenciales en este caso, para evitar el desarrollo de la enfermedad y frenar su avance.