Día Internacional de los Bosques: Cuidemos de los 'pulmones del mundo'

Rubén Fernández 21/03/2017 06:49

CUIDAR EL MEDIO AMBIENTE, UNA CUESTIÓN VITAL

A la luz de la estadística toda prevención es poca. Aún queda mucho trabajo por hacer y mucha labor de concienciación para que nos demos cuenta de que, efectivamente, cuidar nuestro entorno es una cuestión vital. –Nuestro entorno–, porque la integridad de la masa forestal no es lo único que debemos cuidar y porque ésta se ve afectada a su vez por múltiples factores interconectados entre sí que no podemos ni obviar ni menospreciar.

Reducir las elevadísimas tasas de contaminación, hacer un uso y un consumo responsable del agua, frenar el extraordinario avance del cambio climático, acabar con la sobreexplotación de los recursos, dejar de tirar basura y residuos no biodegradables en lugares no habilitados para el propósito, participar activamente en las labores de reciclaje... Son sólo unos pocos ejemplos de las áreas en las que hay que trabajar o mejorar y que, al margen de resolver problemas concretos, afectan a su vez a muchos otros, como, –en el caso que nos ocupa–, a la preservación de los bosques. Es decir, se ha de cuidar del medio ambiente en su totalidad, con una conciencia global, ecológica y sostenible, pues sería irresponsable e insuficiente entender unos problemas sin los otros, como comprobaremos en las líneas sucesivas.

LAS CIFRAS CLAMAN UN ESFUERZO MAYOR

Dicho esto, las cifras, efectivamente, claman un esfuerzo mayor. Si bien debemos valorar que en el pasado año 2016 el número de incendios se redujo, pasando de los 4.167 de 2015 a los 2.338, y el número de conatos igualmente descendió de los 7.786 a los 6.472, el Inventario de Daños Forestales, facilitado también por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, subraya que "el estado general del arbolado experimenta un proceso de claro empeoramiento".

Y es que los incendios, que desgraciadamente parecen ya un sello distintivo del verano especialmente en la zona noroeste de España, donde se concentran un 50,14% del total de los ocurridos en el último año según la Estadística General de Incendios Forestales, no son la única causa de daños en la masa forestal. De hecho, –de acuerdo al Inventario de Daños de 2016–, representan un 1,6% del tipo de daños detectados –en un muestreo realizado respecto a aquellos árboles con más del 25% de defoliación–, concepto que alude a la "caída prematura de las hojas de los árboles y plantas, producida por enfermedad, contaminación ambiental o acción humana", y que compone "un parámetro muy útil para evaluar los procesos de degradación".

La caza y el ganado, los hongos, la acción del hombre, los insectos y los daños abióticos son otros de los agentes responsables de la degradación que son evaluados anualmente en este estudio, siendo los dos últimos los que copan la mayor parte de las causas del daño en la masa forestal, con un 26,9% y un 41 ,6% respectivamente, refiriéndonos específicamente a este muestreo.

Sorprende así que la categoría de la 'acción del hombre' represente sólo el 10,9%, habida cuenta de que nuestros actos repercuten prácticamente en todos los demás, especialmente a través de un problema de difícil cuantificación en lo que respecta a los daños que produce y al alcance de los ecosistemas a los que afecta: la contaminación.

Sus elevados niveles han alterado el sistema disparando el cambio climático, con climas cada vez más drásticos que han obligado a muchos a preguntarse ya si se ha terminado aquello de 'las cuatro estaciones', y a las instituciones, como los Ayuntamientos de Madrid y Barcelona, a abordar medidas sin precedentes para la restricción del tráfico de los vehículos, así como a trabajar en la preparación de otras destinadas a penalizar a los más contaminantes.

Todo ello deriva en otro factor determinante que no podemos dejar de mencionar: la sequía. Y es que, de los daños abióticos (los producidos en órganos, plantas o el monte por agentes abióticos, tales como las condiciones meteorológicas adversas, la contaminación, o por acciones mecánicas antrópicas), es la sequía la que representa el 90% del daño.

Por encima de la procesionaria, –un insecto de la especie de los lepidópteros que habita especialmente en pinos, cedros y abetos–, el déficit hídrico es la causa principal de la defoliación y la degradación de los bosques.

UN PROBLEMA GLOBAL

Pero más allá de España, como hemos precisado, el problema es global. Los bosques de todo el mundo corren el riesgo de morir debido a la sequía generalizada. Así lo afirma un análisis practicado por investigadores de la Universidad de Stirling, en Reino Unido, publicado en la revista 'Ecology Letters'.

"Podemos ver que la muerte de los árboles causada por la sequía es consistente en diferentes ambientes alrededor del mundo. Los bosques templados, como los que encontramos en toda Europa, tendrán en gran medida la misma respuesta a la sequía y sufrirán, inevitablemente, como resultado del incremento de las temperaturas y los cambios en los patrones de lluvias en la Tierra".

"A medida que la temperatura del planeta continúa subiendo, la mortalidad de los árboles afectará a más bosques que nunca. Los bosques almacenan una cantidad sustancial del carbono del mundo y la muerte de los árboles elevará el calentamiento global futuro. Esto tiene implicaciones muy significativas para entender completamente el impacto del cambio climático en nuestro planeta", subraya el estudio.

NECESITAMOS SOLUCIONES

Por todo lo citado, la situación demanda y exige soluciones. Y con el fin de acercarnos a ellas y conocer cómo podemos contribuir y ayudar a proteger nuestro planeta, hemos acudido a la organización mundial de conservación WWF España, referente en la defensa de la naturaleza y el medio ambiente. Diana Colomina, coordinadora de restauración forestal, contesta a nuestras preguntas:

¿Por qué conservar los bosques es una cuestión vital?

"Sencillamente porque sin bosques, no hay vida. Casi un tercio de la superficie de la Tierra está cubierta por ellos y son el hogar de más de la mitad de especies terrestres de plantas y animales.

Además de dar cobijo a tantísima biodiversidad, sostienen el medio de vida de millones de personas en todo el mundo, nos proveen de recursos como madera, comida, medicinas, y por supuesto nos regalan servicios esenciales para la humanidad: producen una buena parte del oxígeno que respiramos, nos dan agua limpia, regulan el clima, retienen dióxido de carbono para frenar el cambio climático... Pero pese a su importancia los bosques del planeta están en crisis, especialmente en las zonas tropicales, y los estamos perdiendo a un ritmo alarmante".

¿Qué iniciativas se deberían adoptar para promover la preservación de los bosques y concienciar sobre la necesidad de hacerlo?

"En el marco nacional, nos parece fundamental apostar con mucha más fuerza por la restauración ecológica, ya que España va camino de incumplir la meta europea de restaurar un 15% de los ecosistemas degradados para 2020. Algunas grandes carencias es que no se identifican ni priorizan las áreas que necesitan ser recuperadas con mayor urgencia, o que apenas se plantean medidas más allá de la mera reforestación. Aparte de que la inversión en restauración forestal es muy limitada y muchas veces ineficiente.

Por otra parte, es esencial impulsar la gestión forestal responsable en España, apoyando a los propietarios forestales, promoviendo el asociacionismo entre pequeños productores, y fomentando la rentabilidad y el uso de productos forestales sostenibles para dar empleo a largo plazo en el medio rural".

¿Qué medidas de prevención se deberían aplicar y no se están aplicando o cumpliendo?

"En España somos muy buenos apagando incendios, pero muy malos evitando que se produzcan. Nuestros montes están listos para arder y por eso, aunque se reduce el número total de incendios, el impacto de los grandes incendios forestales (los GIF, que queman más de 500 hectáreas) no deja de crecer.

Desde nuestro punto de vista es clave, como medida básica, identificar las zonas de alto riesgo de incendios y diseñar planes específicos de prevención para esas zonas. Y en segundo lugar, invertir en los bosques vivos, que son el mejor cortafuegos. Si las administraciones apuestan por el desarrollo rural, recuperar la rentabilidad de los montes, y su multifuncionalidad, podremos conseguir hacer los montes menos vulnerables al fuego".

¿Cómo acercar el bosque y su importancia a aquellos que viven ajenos a él?

"Nadie puede vivir ajeno a los bosques, porque todos necesitamos oxígeno para sobrevivir. Además, muchos de los productos que usamos en nuestra vida diaria proceden de los bosques, aunque no lo sepamos ni nos demos cuenta, desde el papel hasta muchas de nuestras medicinas".

DÍA INTERNACIONAL DE LOS BOSQUES 2017

Concretamente, fue el 21 de diciembre de 2012 cuando la Asamblea General de la ONU aprobó la resolución que proclamó que desde entonces, y a partir de 2013, el 21 de marzo de cada año, –fecha que coincide con la llegada de la primavera al hemisferio norte–, se celebraría el Día Internacional de los Bosques. Una decisión adoptada "observando" que, ya en 1971, en el 16º periodo de sesiones de la Conferencia de la FAO, la fecha fue apoyada y propuesta por los Estados miembros de la organización para establecerse como 'Día Forestal Mundial', tal y como recoge el documento oficial.

Desde entonces, como explica la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), mediante la celebración de este "homenaje", "se alienta a los países a adoptar iniciativas en el plano local, nacional e internacional para la organización de actividades relacionadas con los bosques y los árboles" encaminadas a preservarlos y dar cuenta de la necesidad de protegerlos.

En esta ocasión, el leitmotiv es 'Los bosques y la energía', subrayando cómo la "dendroenergía (aquella que proviene de los árboles) contribuye de manera significativa a mejorar la vida de las personas, fomentar el desarrollo sostenible y mitigar el cambio climático".

Una iniciativa a la que invitamos a sumarse para procurar, entre todos, un mundo más solidario y justo con la naturaleza.