Sobre las nueve y veinte de la noche, desde un supermercado de Barakaldo se solicitó la presencia de la Ertzaintza debido a que habían sido víctimas de un robo y el autor se encontraba en el establecimiento.
Una patrulla en funciones de protección ciudadana se personó en el supermercado y comprobó que el vigilante de seguridad mantenía retenido a un individuo. Los empleados del establecimiento expusieron a los agentes que dicho varón había entrado al local con una barra de hierro y se había dirigido hacia la zona de la línea de las cajas. Seguidamente, amenazó a los empleados con el citado objeto y les conminó para que le hicieran entrega del dinero de la recaudación.
Al responderle que en ese momento no podían abrir los cajetines del efectivo, comenzó a golpear los mostradores causando daños en un monitor y en otros elementos de las líneas de cajas. Además, rompió un cristal de la puerta de entrada.
El vigilante de seguridad del local, con la ayuda de un particular, consiguió reducir al implicado y retenerle hasta la llegada de los agentes. El guarda de seguridad precisó de asistencia sanitaria.
Una vez identificado y ante tales evidencias, se procedió a su detención. Los ertzainas se incautaron de una barra metálica utilizada por el individuo, que cuenta con antecedentes policiales.