La cuperosis o efecto del frío en la piel

Noticias Cuatro 01/12/2013 13:21

Las personas más propensas a sufrir estas rojeces son las mujeres con piel blanca y sensible. Los hombres de piel blanca también pueden padecer este trastorno de la piel, a consecuencia de los cambios de frío a calor. Se localizan fundamentalmente en la nariz, pómulos y barbilla. La causa exacta que provoca su aparición se desconoce, pero existen una serie de factores clave que la favorecen como, aparte de los cambios extremos de temperatura, la aplicación de corticoides, el abuso del tabaco, el estrés o la menopausia.

Desde las clínicas dermatológicas aluden a que se puede eliminar definitivamente con tratamiento láser, y añaden que es la mejor opción y la más segura para tratar la cuperosis. En concreto, el dermatólogo Fernando Ordás insiste en que es un tratamiento es definitivo, ya que ese vaso sanguíneo nunca vuelve a aparecer, pero hay que tener en cuenta que pueden dilatarse otros nuevos, por lo que habrá que seguir unas pautas para prevenir que vuelva la cuperosis.

En el caso de decidirse por el láser, hay que tener en cuenta que el número de sesiones se decide en función de la cantidad de telangectasias y de cada piel, pero la media está entre 1 y 3, en intervalos de 30 días. Cada sesión dura unos 15 minutos y, tras la aplicación del láser, es normal que la piel quede un poco enrojecida e incluso puede aparecer algún pequeño hematoma, que se reabsorberá en pocos días y que se puede disimular con maquillaje.

Ordás hace una serie de recomendaciones para cuidar nuestra piel en esta época de bajas temperaturas: la primera recomendación es la hidratación, en este sentido recuerda que más indicado es la combinación de lociones que contengan ceramida, ácido lactónico y otras sustancias dermoprotectoras; y, por otra parte, aconseja el uso de protector solar que en invierno debe seguir siendo un cosmético básico.

ZONAS MÁS VULNERABLES SON LAS MÁS EXPUESTAS

Además las bajas temperaturas acentúan otros problemas de la piel como las rojeces y la sequedad. Así, las pieles grasas sufren en menor medida que las secas porque poseen una capa hidrolipídica que la protege más adecuadamente de los factores climáticos adversos; mientras, en las pieles secas esta capa es más escasa por ello es más fácil el aumento de la sequedad producida por temperaturas bajas.

En ambos casos, recuerdan, "pero sobre todo en pieles secas, hay que programar una hidratación adecuada que recomponga esa capa hidrolípidica responsable de proteger la piel de los factores externos".

Por otra parte, desde la clínica destaca que hay que tener especial cuidado con las pieles sensibles ya que pueden sufrir especialmente los efectos del frío por la aparición de capilares dilatados pero esto puede tratarse con productos específicos. "Para prevenirlos se deben utilizar cosméticos con principios activos calmantes y descongestivos como la avena, la rosa mosqueta, la glicerina o el aloe vera", explican.

Por otra parte, avisan de que las zonas más vulnerables son las más expuestas, pero también aquellas donde la piel es más fina como el contorno de ojos y labios. "El hecho de que estas zonas se resequen más durante esta época es porque el tipo de piel que rodea los ojos y sobre todo la de los labios es de una especial sensibilidad", añade,

Desde la Clínica Ordás dan un último consejo si aprovechando la nieve se decide ir a esquiar. En este caso, recuerdan que es necesario utilizar productos específicos para la montaña: protector solar, contorno de ojos y protector labial. Estos productos hay que reponerlos cada pocas horas para evitar que quedemos desprotegidos. En el resto del rostro hay que utilizar una hidratante muy nutritiva y, añaden, es recomendable también utilizar cosméticos que contengan antioxidantes.