Una conducción eficiente reduce hasta un 15 por ciento el consumo de carburante en los vehículos, según RACE

EUROPA PRESS 26/08/2016 18:11

RACE afirma que para un vehículo con una media de 15.000 kilómetros al año y un consumo de 5,5 litros a los 100 kilómetros, una buenas técnicas de conducción ahorrarían a cada usuario usuario "más de 130 euros" al año. En este sentido, ha recomendado una serie de técnicas para conseguir este objetivo que van desde un buen cambio de marchas a la importancia de mantener cierta velocidad.

Por un lado, explica que un viaje bien planificado permite sin ningún tipo de problema al destino y también, reducir el consumo. Según la asociación, alargar el viaje solo diez minutos provoca un aumento del consumo de gasolina o diésel en un catorce por ciento.

Igualmente, un buen acondicionamiento del vehículo previo al viaje ayuda a ahorrar más en combustible. De hecho, la entidad asegura que si se conduce con una presión de 0,5 bares por debajo a la recomendada, el consumo se incrementa un cuatro por ciento y que si se hace con 100 kilos innecesarios de peso, este consumo sube un seis por ciento adicional.

Con respecto al motor, hay que tener un buen tacto con la palanca de cambios y con los pedales. A la hora de arrancar hay que evitar pisar el acelerador, usar la primera marcha solo para el inicio del trayecto e introducir la segunda marca a los seis metros recorridos. Según comenta la RACE, después hay que circular sobre los 20 kilómetros por hora durante cinco segundos, pues ayuda a ahorrar un once por ciento del combustible total.

Tras el inicio del trayecto, recomienda mantener la velocidad "lo más uniforme posible" y evitar frenazos, aceleraciones o cambios de marcha innecesarios. Al contrario, si el usuario se ve obligado a parar, lo mejor es apagar el coche, ya que un coche en ralentí --encendido pero con pocas revoluciones-- puede consumir en diez minutos 0,13 litros de gasolina a los 100 kilómetros.

Del mismo modo, insta a anticiparse a las situaciones de frenado y utilizar, en la medida de lo posible, el freno motor, pues el usuario suelta el pie del acelerador, el coche detiene el suministro y su rendimiento aumenta un dos por ciento.

También advierte de la importancia de optimizar al máximo las marchas y cambiarlas en el momento adecuado. En este caso, pide siempre que sea posible, circular en la cuarta o quinta marcha y que los cambios se hagan entre las 1.500 y las 2.000 revoluciones por minuto en vehículos de diésel y entre las 2.000 y 2.500 en vehículos de gasolina.

Finalmente, aboga por aprovechar los descensos para ahorrar gasolina en marchas largas y a pocas revolucione, y en las subidas, retrasar al máximo la reducción de marcha e incrementar la presión sobre el acelerador.