Emotiva carta de agradecimiento al personal que cuidó a su esposa fallecida

Noticias Cuatro 07/10/2016 19:08

En un emotivo texto, De Marco se dirige a "los médicos, enfermeras, especialistas respiratorios, trabajadores sociales, incluso a las personas de la limpieza, a todos los miembros del personal que se preocupaban por ella".

Califica el trato con su esposa como "profesional" y detalla algunos de los procedimientos que seguían con ella como por ejemplo "cuando necesitaba pinchazos, os disculpabais aunque no os pudiera oír. Cuando la tapabais, no solo porque hiciera frío también cuando estaba más fresca la habitación para que así pudiera dormir mejor".

En su larga carta , también hay agrademiento por el trato recibido hacia él mismo, "¿cuántas veces entrasteis en la habitación y me visteis con mi cabeza sobre su mano e hicisteis vuestro trabajo sigilosamente para parece invisibles? ¿Cuántas veces me ayudasteis a estar lo más cerca de ella posible entre todos los cables que había?".

Y añade, "¿cuántas veces me abrazasteis y me consolasteis cuando me quedé en pedazos, o preguntasteis sobre la vida de Laura y la persona que era, tomasteis un momento para mirar sus fotos o leer las cosas que había escrito sobre ella? ¿Cuántas veces tuvisteis que dar malas noticias con palabras de compasión y tristeza en los ojos?".

Especialmente agradecido se muestra DeMarco con el equipo sanitario cuando se refiere a los momentos previos a su fallecimiento: "me pidieron salir de la habitación por un momento, y cuando volví, habían desplazado a Laura al lado derecho de la cama, dejando suficiente espacio para que me metiera con ella una última vez. Le pregunté si podían darnos una hora sin una sola interrupción, y asintieron con la cabeza, cerrando las cortinas y las puertas y apagando las luces".

DeMarco describe ese momento como "un regalo más allá de todos los regalos", algo por lo que les da las gracias, especialmente a Donna y a Jer, a los que cita personalmente. Un instante en el que, según explica, "Acurruqué mi cuerpo contra el suyo. Se veía tan hermosa, le acaricié el pelo y la cara. Puse mi cabeza en su pecho, con la sensación de subir y bajar con cada respiración, con sus latidos del corazón en mi oído. Era nuestro último momento".