En este sentido, critican que se olvide a la población siria al hablar del conflicto. "Cuando escuchamos las noticias acerca de las treguas sobre Siria, o la decisión de algunos países de apoyar la acción de grupos armados dentro del país o los acuerdos de alto el fuego hecha por los gobiernos extranjeros, siempre nos sentimos como si viésemos un partido de fútbol entre las grandes potencias del mundo en territorio sirio y usando como balón el pueblo de Siria", denuncian.
Según precisan desde Cáritas Siria continuando con esta metáfora del partido, lo que sucede durante este encuentro es que "los jugadores están destruyendo con sus grandes botas las infraestructuras, los edificios y las fábricas, machacando al pueblo sirio, especialmente a los más pobres, que son la mayoría".
La organización de la Iglesia asegura que la población esta "agotada" pues la guerra no solo les ha arrebatado todas sus pertenencias, obligándoles a ser desplazados, sino que también ha "destruido" sus "almas", arrancándoles sus recuerdos.
Además, según indica Cáritas Siria, la guerra ha generado en los ciudadanos de este país "una inseguridad constante" incluso cuando están en sus propias casas y les ha empobrecido hasta el punto de no poder acceder a las necesidades vitales. También denuncia que la guerra ha dejado a muchas personas sin hogar y ha despojado a los niños de su derecho a la educación.
"La guerra nos ha privado de electricidad, de agua potable y de medicamentos, y nos ha devuelto a la edad de piedra. La guerra nos hace tiritar durante el invierno, sin poder calentarnos nosotros mismos ni a nuestros hijos. La guerra nos obliga cada día a decir adiós a aquellos de nuestros seres queridos que han decidido emigrar. La guerra ha dejado abandonados a los ancianos. La guerra ha dejado de ser el juego más divertido para nuestros hijos y ha robado su inocencia", advierte.
Ante esta situación Cáritas y otras ONG ofrecen alimentos, medicamentos, subsidio de alquiler, ropa, apoyo educativo, atención a los mayores y acompañamiento psicosocial a través de sus proyectos. "Muchas familias dependen de nosotros y siempre pensamos que nuestro apoyo es como una gota de agua frente a tanta sed", subrayan los responsables de la organización.
En cualquier caso, más allá de las necesidades materiales, la palabra que más escuchan entre los clamores de los sirios es "paz". "Todos soñamos con un día en que nos despertemos por la mañana con la noticia de que hemos dejado de luchar entre nosotros y que no tenemos que temer ya a las grandes botas de los jugadores de fútbol, y que el partido ya se ha terminado", desean.