El perro viajaba con todos sus papeles, los cuales certifican que tiene más de tres meses y que está vacunado de la rabia. Estas dos condiciones son indispensables para que un animal pueda entrar a la Unión Europea.
El problema de la lectura del chip ha sido el impedimento de la entrada a Barcelona de Buddy. Una amiga de los dueños del perro decidió poner en marcha una campaña de recogidas de firma para impedir que devuelvan al cachorro a Nueva York y para protestar por la situación en la que se encuentra el animal.
Hasta el momento han logrado reunir más de 70.000 firmas. Ante esta presión ciudadana las autoridades han decidido trasladar al animal a un centro veterinario especializado para que lo vuelvan a vacunar de la rabia y para que esté en cuarentena veintiún días. Transcurrido ese tiempo decidirán el destino definitivo de Buddy.