Entre los detenidos está uno de los empleados del empresario, un hombre que había reunido una minuciosa información sobre el día a día de su jefe. Datos que ofreció a varias bandas criminales para que ejecutaran el secuestro; al final los vendió al mejor postor. El santo es la información, vendida a este grupo criminal. Ya lo tenían todo planificado y el secuestro era inminente. La banda hablaba incluso de agredir a la mujer y a los hijos del empresario. Otro de los detenidos es un policía local de Madrid con problemas económicos que iba a realizar labores de vigilancia. Todo se descubrió en el marco de la red de adulteración de hidrocarburos desmantelada la semana pasada. La víctima es un rico empresario de Béjar, Salamanca...