Se quemó todo el cuerpo tras tomar dos sesiones de diez minutos de rayos uva. La escolar narraba al periódico The Sun, el profundo dolor que sintió en la mayor parte de su cuerpo durante días, quemaduras que la impedían andar o moverse de la cama durante días.
La joven acudió a un gimnasio de la zona donde ofrecían el servicio de rayos uva. Tras pagar 10 libras por cada sesión y recibir el tratamiento, tuvo que acudir directamente al hospital a causa del insoportable dolor que sentía.
Después de pasar semanas sin poder moverse, los padres de la chica denunciaron al dueño del establecimiento. En Inglaterra está prohibido que los menores acudan a estos salones de belleza para tomar rayos uva.
La chica aseguró a la policía que el dueño nunca le preguntó la edad, ni le dio un protector de ojos ni tampoco indicaciones sobre como tomar los rayos.
Stewart Hall, el dueño del local, ha tenido que vender el gimnasio y se encuentra con cargos por la infracción cometida.