La ONG española Flores de Kiskeya nace para ayudar a las embarazadas en Haití, donde una de cada 44 mueren en el parto

EUROPA PRESS 08/10/2016 10:59

La razón de ser de esta ONG, que celebra su inauguración este sábado 8 de octubre en Madrid, es precisamente proporcionar apoyo emocional, físico y psicológico durante el embarazo, parto y posparto a las mujeres en Haití. Su fundadora cuenta cómo surgió esta iniciativa.

La primera vez que Pérez-Caballero viajó a Anse-à-Pitres, en el sureste de Haití, donde actualmente trabaja la ONG, fue en el verano de 2014 para organizar un campamento de verano en un orfanato. "Yo trabajaba en una fundación en Madrid y viajé a Haití un mes como responsable de voluntariado --explica en una entrevista con Europa Press. -- Me quedé muy impresionada con la gente de allí, sobre todo con los niños. Me llegó muy adentro".

Al regresar a Madrid, "algo había cambiado", añade, y a los seis meses, dejó el trabajo, alquiló su casa y regresó a Anse-à-Pitres. "En principio eran sólo dos meses, quería ver cómo me sentía en el día a día de allí, pero al final me quedé más de un año", afirma.

Romana recuerda que en ese momento, una buena amiga de Haití que había conocido durante los campamentos estaba embarazada y su pareja le había dejado sola. Entonces, decidió acoger a su amiga en su casa y vivió de cerca las dificultades a las que se enfrentan las embarazadas en Haití y el peligro que corren en el parto. "A partir de ahí y con el nacimiento de Jorey, mi ahijado, decidí involucrarme más en la comunidad y conocer más a fondo la realidad de las mujeres", añade.

Crearon un grupo de trabajo que se reunían semanalmente para conocer los casos más vulnerables de la comunidad y contactaron con unas mujeres doulas de República Dominicana. "Les conté la situación y se ofrecieron a dar formación a las parteras en Haití", añade. Realizaron un registro, visitaron a las familias más necesitadas y evaluaron sus necesidades. "Las mismas voluntarias, personas que no tienen para comer todos los días, empezaron a dar ideas sobre cómo ayudar: acompañarlas al médico, ayudarles en la casa, con los otros niños, etc.", añade. Fue en ese punto cuando la idea de la asociación empezó a germinar. "Mis amigos de allí me animaron a darle forma al proyecto. A cada voluntario le asignamos una mujer a la que ayudar, y así surgieron nuuestras madrinas y padrinos y las flores, a las que cuidamos", explica.

Dos años después, la Asociación Flores de Kiskeya les da un sueldo a estas madrinas, ayudan a siete embarazadas, cuentan con un grupo de trabajo en Haiti de 20 personas y en España tienen cinco coordinadoras fijas.

APOYO, EMPRENDIMIENTO Y FORMACIÓN

El proyecto de Flores de Kiskeya está dividido en tres fases. En la primera, el grupo de trabajo de voluntarios recibe formación continua para "ayudar física, psicológica y emocionalmente a nuestras 'flores'", explica la fundadora. Así mismo en esta fase se analizan las necesidades reales para poder ayudarles a proporcionar alimentos, medicamentos, ropa, etc. Tanto para ella como para su bebé.

En la segunda fase del proyecto, se busca que "estas mujeres puedan desarrollarse económicamente y para ello les damos talleres de artesanía, cerámica y costura", explica. En los próximos meses, comenzarán con un proyecto de agricultura para que las mujeres puedan abastecerse e incluso vender los productos en el mercado. Y en un futuro, esperan hacer un proyecto de micro créditos.

En la tercera y última fase, se quiere construir una escuela infantil. "La realidad de Haití es que muchas mujeres se tienen que quedar en casa porque tienen muchos hijos. Con una escuela infantil, podrían trabajar fuera de casa, pero además queremos formar a las madres para que sean ellas las educadoras del centro", explica. Por contraprestación, las mujeres se comprometen a asistir a las formaciones semanales.