En la época en la que el cine era en blanco y negro representar la sangre humana era una tarea mucho más fácil. Los directores usaban sirope de chocolate pues la textura era muy similar.
Sin embargo, con la llegada del color empezaron los problemas. Lograr el brillo y el color de la sangre real no era una tarea sencilla. Dick Smith, un maquillador, inventó una receta perfecta que lograba reunir todos los requisitos, pero era venenosa por lo que no podía usarse si el actor tenía que tenerla en la boca.
Desde ese momento, la receta fue perfeccionando y, entonces, la mayoría de la sangre que se usa en el mundo audiovisual lleva estos ingredientes:
-Jarabe de maíz
-Maicena y agua
-Colorante artificial rojo
-Colorante artifical amarillo