La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ha adelantado la regularización "por razones extraordinarias" del inmigrante Frans Rillés Melgar, que perdió el brazo izquierdo con una máquina de amasar y que supuestamente fue abandonado por su jefe unos 50 metros antes de llegar al hospital porque carecía de contrato de trabajo.
De la Vega explicó que esta decisión fue tomada apenas una hora antes de la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, tras haber puesto en marcha "todos los medios" para averiguar lo sucedido en torno al "grave accidente laboral" ocurrido en el polígono Real de Gandia (Valencia).
"Desde que el Gobierno tuvo conocimiento de los hechos, puso en marcha todos los medios para averiguar lo sucedido y exigir el estricto cumplimiento de la ley" ha destacado. En este sentido, recordó que la inspección de trabajo acudió "de forma inmediata" al centro de trabajo una vez tuvo conocimiento del hecho.
Los jefes, imputados
El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 6 de Gandía (Valencia) ha decidido imputar a los dos hermanos responsables de la panificadora de esa localidad en la que el inmigrante boliviano trabajaba.
Uno de los dos hermanos ahora imputados fue la persona que tiró a la basura el brazo seccionado del trabajador, que no tenía contrato y que fue abandonado en las cercanías del hospital.
El juez adoptó esta decisión después de recibir el atestado policial en el que constan las lesiones sufridas por el ciudadano boliviano. El juez decidió incoar diligencias previas para investigar las circunstancias en las que tuvieron lugar los hechos.