Kenneth Knox, un oficial de policía de Greenville, Georgia (Estados Unidos), atendió el pasado mes una llamada de urgencia de unos padres. Cuando el agente llegó al hogar donde estaba sucediendo el percance pudo comprobar como un bebé de dos meses no podía respirar.
Kenneth ha explicado en su cuenta de Facebook como pudo salvar la vida de la niña, ya que asegura que cuando llegó a la casa la pequeña “se estaba poniendo azul y se desvanecía rápido”. De este modo el policía estadounidense realizó de inmediato la maniobra RCP (reanimación cardiopulmonar) a la inversa: con el bebé acostado en su pecho y con la cabeza girada hacia un lado.
“Hice la RCP a la inversa y fue capaz –el bebé—de succionar el cereal de su garganta”, continúa el relato de Kenneth en Facebook. Tras volver a poder respirar el policía asegura que “me sonrió por un segundo y luego comenzó a llorar, lo que fue música para mis oídos”.
De este modo Knox ha asegurado que “tras 25 años de policía este es mi mayor y mejor logro, cada segundo de estos 25 años ha merecido la pena”.
Por todo ello los padres de la pequeña han querido que el agente sea el padrino del bebé, cosa a lo que Knox ha aceptado de corazón. “Es un honor, un privilegio y un placer”, asegura el policía.