La Opinión de Gabilondo: 26 de marzo

CUATRO 26/03/2009 20:59

"La clave es la impavidez: tener mucha cara, no inmutarse. La sociedad, amorcillada por la prosperidad y paralizada por el miedo a las sombras que se ven en el horizonte, está sin pulso. La gran crisis económica mundial, que en los primeros minutos amagó un leve debate sobre modelos, nos ha permitido comprobar esta narcotización social. No se han depurado responsabilidades, como si nos hubieran atacado los marcianos. Por todo el mundo se pasean, orondos e impunes, los que nos llevaron al desastre. Y se están buscando vías de salida por los mismos conductos que nos llevaron a la hecatombe. Unos cuantos retoques cosméticos y !a jugar!. Y con los mismos jugadores. Los grandes tiburones no pueden dar crédito a su buena suerte. Siguen donde estaban y van a poder depredar en las mismas aguas, apenas limitadas por un par de zonas acotadas. El liberalismo descarnado ya hace ejercicios de calentamiento en la banda. Abandonó el campo para ser sustituido por el Estado, pero nadie le ha discutido en serio su titularidad, aunque su juego se haya revelado nefasto para el equipo. Nadie se oculta abochornado, porque la sociedad ya no tiene uñas y se le ha olvidado gritar. Es el paraíso de los descarados, de los sinvergüenzas sin vergüenza, de la gran impunidad. Basta quedarse quieto, como Don Tancredo, y esperar que pase el toro. Y lo que vale para Wall Street o los grandes saqueadores internacionales, lo vemos igualmente en casa. El ejemplo superlativo es Trillo. A la misma hora en la que en la Audiencia Nacional los familiares de las víctimas del Yak-42 desgranaban un relato terrible de engaños, de entierros e incineraciones equivocados, él, Trillo, en el Congreso, exigía al nuevo ministro de Justicia claridad, precisión y datos. Y se adornaba con los versos de León Felipe: "no me cuente cuentos... me han dormido con todos los cuentos, ya me sé todos los cuentos". Eso decía, en serio. Trillo o la desfachatez, Trillo, paradigma del hombre hoy."