La capital japonesa puso fin a su larga lucha olímpica en la segunda ronda con el mismo defecto que señaló el COI en su último informe de evaluación: escaso apoyo popular, en una madrugada de lluvia intermitente y tiempo inestable.
Unas 800 personas se habían congregado en el ayuntamiento metropolitano, en el populoso barrio de Shinjuku, y otras 300 en la Torre de Tokio, una r de Chicago pero, apenas unos minutos después, sonaron exclamaciones y lamentos al ser la capital japonesa la descartada. A continuación, el público se marchó a casa, al filo de la una de la madrugada (04.00 GMT).
Entre los invitados a esa fiesta estaba el diseñador Kansai Yamamoto, defensor de la candidatura, quien agradeció a sus promotores que les hubieran dado este "sueño" y les pidió que vuelvan a presentar a Tokio para los Juegos de 2020.
La campaña de Tokio 2016 anunció además que las pantallas gigantes de Shinjuku y Shibuya retransmitirían en directo la gala de Copenhague, aunque el ambiente en esos barrios era al filo de la medianoche (03.00 GMT) muy similar al de otros días.
Tokio, la mayor metrópolis del mundo con 13 millones de habitantes en su centro y 35 millones en su área metropolitana, defendió en Copenhague que su campaña olímpica era la más compacta, ecológica, sólida y segura de las cuatro que se presentaron a los Juegos de 2016.