José Coronado: "Los años pesan, cada vez me cuido un poco más, pero no me obsesiono"

CHANCE/ Sheila Domingo 07/08/2016 11:04

Feliz de no dejar de enlazar un proyecto con otro, Coronado ha estado en el acto de presentación de la 64 edición del Festival de cine de San Sebastián. Festival en el que estará presente con El hombre de las mil caras, un thriller que entra de lleno en la España de los años ochenta. Acostumbrados a verlo con pistola en mano, el actor se ha pasado a la comedia y se encuentra rodando Es por tu bien, todo un reto tras años inmerso en dramas y persecuciones.

En lo personal, el actor también vive un momento inmejorable desde que se diese una segunda oportunidad con Elena González. Prueba evidente de que su relación sigue más viva que nunca, es la reciente escapada que han realizado a Ibiza junto a la hija del actor, Candela, nacida de su relación con Mónica Molina.

CHANCE: Te veremos en el festival de San Sebastián con tu último thriller...

José Coronado: Sí, "El hombre de las mil caras", la historia de Paesa, una película de Alberto Rodríguez que habla de la historia de España de los años ochenta y noventa. Francisco Paesa tuvo mucho que ver en todas las semillas de corrupción que se implantaron en nuestro país, eran un maestro en eso.

CH: Un tema muy ligado a la actualidad...

J.C: Por desgracia sí, aquellos fueron los orígenes de toda la corrupción que vivimos ahora, unos tiempos de impunidad en los que los tramposos hacían su agosto.

CH: Tú interpretas a Jesús Camoes...

J.C: Sí, mi personaje es Jesús Camoes, el íntimo amigo de Paesa, un piloto de aviación no tan tramposo como Paesa pero sí muy aventurero. La adrenalina que le ofrecía Paesa con su vida le encantaba y juntos hicieron verdaderas barbaridades.

CH: ¿Después de tantos años en la profesión te ilusionas con la posibilidad de llevar otro premio a casa?

J.C: A mí me motiva volver a trabajar, después de treinta años sigo trabajando ininterrumpidamente y ese es para mí el premio. He aprendido a relativizar los premios, son unas guindas que adornan una tarta pero la tarta es el trabajo en su completo.

CH: ¿Cuál ha sido tu secreto?

J.C: Creo que mi amor por el oficio, cada vez entiendo más la profesión como un oficio, cada vez disfruto más del trabajo diario, intento estar siempre a la altura de las circunstancias y dejar con buen sabor de boca a directores y productores.

CH: ¿Cómo ves la situación del cine español?

J.C: Siempre ha estado frágil y delicado pero estamos en un momento de mucha calidad, a nivel mundial.

CH: Tu hijo lo tiene más difícil...

J.C: Ahora el aprobado está mucho más caro, cuando yo empecé éramos menos, ahora hay hordas de chavales de veinticinco años hercúleos y llenos de talento que hablan inglés perfecto, lo tiene más complicado que cuando empecé yo.

CH: ¿Cómo le ves?

J.C: Está empezando y tiene mucha ilusión, el tiempo dirá lo que tenga que decir.

CH: Acabas de volver al trabajo, ¿Qué tienes ahora entre manos?

J.C: Estoy centrado en el cine, rodando Es por tu bien, una nueva comedia con Javier Cámara y Roberto Álamo

CH: ¿Vas a descansar del thriller?

J.C: Sí, tenía ganas de soltar la pistola y agarrarme a la risa, es todo un reto, hacía mucho que no hacía comedia pero estoy muy bien acompañado por dos maestros como ellos y muy a gusto.

CH: ¿En qué género te sientes más cómodo?

J.C: En el thriller, lo disfruto mucho.

CH: ¿No vas a volver a irte de vacaciones?

J.C: No, he tenido unos días de vacaciones en Ibiza, ahora vamos al Festival de San Sebastián y ya está, teniendo una buena película entre las manos ya me siento de vacaciones.

CH: ¿Notas el peso de los años?

J.C: Claro que pesan, cada vez me cuido un poco más, hacer algo de deporte y llevar una vida sana pero no soy obsesivo en ese sentido, intento vivir la vida sin extremos, no dejarme ir pero tampoco esclavizarme con mantenerme en forma.

CH: Parece que todos tus sueños se han cumplido, ¿Qué metas tienes ahora?

J.C: Virgencita que me quede como estoy, seguir trabando y ganándome mi pan dignamente con el maravilloso oficio de la interpretación.