Los 'doraos' de Yanukóvich le han explotado en la cara

Eduardo Córdoba 23/02/2014 22:19

El equipo de Noticias Cuatro e Informativos Telecinco hemos acompañado a miles de kievitas a la mansión de Yanukóvich. El atasco se extendía a lo largo de varios kilómetros. No hemos tenido otro remedio que 'malaparcar' el coche y seguir el camino andando.

Más de tres kilómetros recorriendo el arcén, cruzando campo a través, surcando un barrizal que nos ha dejado las zapatillas inservibles. Y con nosotros, miles de personas que han decidido pasar el domingo en la casa de su expresidente para comprobar de primera mano lo bien que vivía.

Ríos de gente (no exagero nada), familias de varios miembros que al llegar a meta sacaban sus tabletas y sus teléfonos para inmortalizar lo que a la vez sentían como un insulto. Esa descomunal casa de madera que podría estar situada en los alpes suizos, esas (varias, no las conté, ¡ay!). Canchas de tenis, esas esculturas de animales a medio camino entre lo artístico y lo hortera estratégicamente colocadas a lo largo y ancho de decenas de hectáreas de jardín perfectamente cuidado.

Y esos grifos de oro en el cuarto de baño, esos grifos que no pueden faltar en las casas de los nuevos ricos, de los grandes masters de la cultura del pelotazo (que como vemos no es exclusiva de España), esos dorados (o mejor llamarlos 'doraos') que tan bien representan los estándares éticos y estéticos de quienes los eligen.

Los 'doraos' nunca esconden nada bueno. Los puedes encontrar igual en casa de un corrupto marbellí, de María José Cantudo, o de un expresidente ucraniano. Por sus 'doraos' les conoceréis. Pues hoy la plebe ha venido a poner sus sucios zapatos manchados de barro en la mastodóntica mansión de un exmandatario. Esa plebe le ha echado del poder después de una batalla de meses, le ha ensuciado sus 'doraos' y ha hecho explotar su burbuja, todo por el mismo precio. Si yo fuera Yanukóvich también hubiera puesto tierra de por medio, también hubiera intentado huir del país en un vuelo chárter. Me faltaría tiempo para reservar un hotel en Isla Mauricio.

A lo mejor es que al final todo se paga, y no puede uno pegarse la vida padre mientras su prójimo se contenta con subsistir cobrando 300 euros al mes, que es el salario medio en Ucrania. A lo mejor lo que le ha pasado a Yanukóvich es puro karma y era cuestión de tiempo que los ciudadanos de su pais acabaran reventándole el lujoso chiringuito. Y como a él a otros politicos poco ejemplares de su país, que segun dicen en el Maidan son muchos. Es lo que pasa, en fin, cuando uno tiene un sentido de la ética y de la estética al nivel del barro, que al final los 'doraos' le acaban explotando en la cara.