El régimen de Pyongyang detuvo en enero a un universitario estadounidense y le acusó de "actos hostiles". Lo que el joven había hecho, y por lo que ha tenido que disculparse públicamente entre lágrimas, fue robar un cartel de un hotel en Corea del Norte. El universitario dice en su disculpa que se lo había pedido su Iglesia e incluso cita a la Casa Blanca.