"Bulgaria puede contar con nosotros", ha celebrado el jefe del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker, en el curso de un debate ante el pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo (Francia), en donde ha adelantado el estreno del nuevo cuerpo.
Bruselas ya anunció que desbloqueará 108 millones de euros para apoyar a las autoridades búlgaras en el control de su frontera, mientras se espera el despliegue de 130 funcionarios más y ayuda para la compra de 50 vehículos para patrullar la zona, según ha enumerado Juncker.
La escenificación de la puesta en marcha de esta nueva agencia tendrá lugar este jueves en el paso fronterizo Kapitan Andreevo (Bulgaria), con una comparecencia ante los medios del comisario de Inmigración, Dimitris Avramopoulos; el primer ministro búlgaro, Boyko Borissov; y la titular de Interior, Rumiana Bachvarova.
En menos de un año, la Unión Europea ha diseñado y acordado la creación de una guardia europea de fronteras y costas, de desplegar con rapidez efectivos en la frontera de un país de la UE en apuros por la presión migratoria.
Las autoridades nacionales seguirán teniendo el control de la gestión de sus fronteras en el "día a día", pero podrán apelar a este cuerpo en situaciones de crisis.
Entre las novedades de la nueva agencia destaca la puesta en común obligatoria de recursos humanos, para lo que se deberá garantizar una reserva de "al menos 1.500 guardias de fronteras".
Si el Estado miembro con problemas para controlar su paso fronterizo no pide ayuda, el Consejo podrá tomar la iniciativa y plantear medidas urgentes, en una decisión que deberá adoptarse por mayoría cualificada de los 28.
Si un país se niega a cooperar con la agencia, se interpretará como un "riesgo" para el buen funcionamiento del espacio de libre circulación Schengen y abrirá la puerta a activar el artículo 29 que, en la práctica, supone reintroducir de manera temporal los controles en las fronteras interiores.