La primera en pedir públicamente la dimisión de Franken ha sido la senadora Kirsten Gillibrand, a la que han seguido Mazie Hirono, Claire McCaskill, Maggie Hassan, Patty Murray y Kamala Harris. Todas ellas coinciden en que las acusaciones inhabilitan a su compañero para seguir en política.
Una antigua ayudante de Franken ha denunciado al portal de noticias Politico que el senador intentó besarla de forma violenta en 2006, lo que se suma a otros seis casos que ya habían salido a la luz previamente. Franken ha negado las acusaciones y ha defendido su inocencia.
"Aunque el senador Franken tiene derecho a que la Comisión de Ética concluya su revisión, creo que sería mejor para el país que enviase el claro mensaje de que cualquier maltrato a las mujeres en nuestra sociedad es inaceptable, dimitiendo y permitiendo que alguien más ocupe su puesto", ha reclamado Gillibrand en Facebook.
Hirono, por su parte, ha descrito a Franken como "un buen senador" y un "amigo", pero considera que "no puede disculparse con su comportamiento", una idea que comparten sus otras cinco compañeras. Murray ha denunciado que no se trata de un caso puntual, sino de un "problema persistente".